TÉCNICA: El funcionamiento de los frenos en Silverstone

El circuito de Silverstone ya ha albergado 51 carreras del Campeonato Mundial de Fórmula 1, pero sólo ocho con la configuración actual.

A pesar de la introducción de diferentes curvas en los años 70 para frenar la velocidad, el año pasado la vuelta rápida se hizo a un promedio de 244,891 kilómetros/hora, superior a los 244,571 kilómetros/hora en 1983.

La pista está llena de curvas rápidas y en diez de ellas los monoplazas ni siquiera tienen que recurrir a los frenos. Así, sólo encontramos un par de frenadas realmente desafiantes y ambas son en la zona de los cambios en la pista realizados en los últimos 30 años.

Sin embargo, las bajas energías que se ejercen sobre los frenos podrían dar como resultado el acristalamiento del material de fricción si hay lluvia o las temperaturas caen repentinamente.

En presencia de estas condiciones meteorológicas, de hecho, el carbono de los discos y las almohadillas pueden enfriarse demasiado, lo que no garantiza la fricción necesaria en los frenos a la que los pilotos están acostumbrados.

Según los técnicos de Brembo, que han clasificado las 21 pistas del Campeonato del Mundo, el circuito de Silverstone entra en la categoría de los circuitos menos exigentes para los frenos.

EL DESEMPEÑO DE LOS FRENOS DURANTE EL GP

Cada vuelta los frenos se usan ocho veces, pero en tres de estas curvas los pilotos los usan en menos de siete décimas de segundo. En total, el sistema de frenado se usa 11 segundos y medio por vuelta, lo que equivale al 14% de la duración de la carrera.

Incluso la desaceleración máxima se ve afectada por la presencia de unos pocas frenadas bruscas: el valor promedio en la vuelta es de 3,7 G debido a la Curva 10 y la siguiente curva porque en ambas desaceleraciones ni siquiera alcanzan los 3 G. Todo esto se traduce en una energía de frenado disipada muy modesta en comparación con las otras pistas: 103 kilovatios/hora, la mitad que en los circuitos de Budapest y Singapur.

Desde el inicio hasta la bandera a cuadros, cada piloto ejerce una carga total sobre el pedal de freno de 42 toneladas, es decir, tres veces el peso de un autobús típico de Londres de dos pisos, con todos los asientos ocupados.

LAS FRENADAS MÁS EXIGENTES

De las ocho frenadas del circuito de Silverstone, dos se clasifican como exigentes para los frenos, una es de dificultad media y cinco son ligeras. Lo más difícil para el sistema de frenado es la Curva 3: los coches llegan a 291 kilómetros/hora y en sólo 2,43 segundos descienden a 113 kilómetros/hora.

Para tener éxito, los pilotos ejercen una carga de 140 kilos en el pedal del freno y sufren una desaceleración de 4,7 G. Durante la frenada, los monoplazas corren 107 metros, menos de dos veces y media la longitud de la nueva pantalla instalada en el otoño de 2017 en Piccadilly Circus.

La desaceleración es, en cambio, de 4.7 G en la Curva 16: La frenada es ligeramente menos larga tanto en términos de espacio –106 metros– y tiempo –2,34 segundos– pero la carga en el pedal para pasar de 283 kilómetros/hora a 107 kilómetros/hora es de 149 kilos.

En Brooklands –Curva 6– los coches llegan a 318 kilómetros/hora, pero entran a la curva a 172 kilómetros/hora, después de 2,07 segundos de uso de los frenos. La desaceleración es de 4.4 G, la cuádruple del Jaguar XKR-S GT que, como estándar, usa discos de carbocerámica Brembo.

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