Que Alonso valore ir a Renault tiene más sentido de lo que parece

Renault ha perdido a Daniel Ricciardo, que se marchará a McLaren el año que viene. Para Renault, Daniel era mucho más que un piloto. Era un primer espada, una declaración de intenciones. Cyril Abiteboul se lo birló a Red Bull para demostrarle a todo el mundo que él iba en serio, que su equipo aspiraba a todo en la categoría reina. Que ahora se marche con el rabo entre las patas tendrá el efecto opuesto.

Pero el principal problema de Renault no es que necesite a un piloto rápido. El principal problema de Renault es que su matriz, la marca de coches que Luca de Meo presidirá a partir de julio, está sumida en una crisis económica profunda que arrastra desde antes de la pandemia del Covid-19 y que ahora se verá agudizada por las repercusiones de ésta en la industria automovilística.

En 2019, los beneficios del Grupo Renault se desplomaron un 99%, hasta tan sólo 19 millones de euros, lastrados por los problemas de una Nissan que ha puesto en marcha un plan de contención de gastos para suprimir más de 10.000 puestos de trabajo en todo el mundo. Y eso era antes de que el Covid-19 paralizara las fábricas dos meses, acabando con la producción y sentando las bases para una recesión mundial. De modo que si ya ha habido voces que pedían reconsiderar su presencia en el Gran Circo —Clotilde Delbos, directora ejecutiva interina, no era partidaria—, ahora lo harán con más fuerza que nunca.

Y es que, aunque la Fórmula 1 es un gran expositor, en momentos de crisis los fabricantes suelen cerrar el grifo. Renault vendió su equipo en 2010 y se quedó como simple motorista, para luego volver a finales de 2015 cuando la situación volvía a repuntar. Pero ante el fracaso del plan deportivo de Abiteboul, que ha perdido el tren de la zona media ante McLaren, es sólo cuestión de tiempo que Luca de Meo u otro directivo vuelva a poner el debate sobre la mesa.

Pero ahí es donde Fernando Alonso puede jugar un papel determinante. Para Abiteboul, Alonso sería un salvavidas. Contratar al español le daría un argumento de peso para comparecer ante la junta de Renault y defender que todavía merece la pena invertir en la Fórmula 1, porque, aunque no lleguen a triunfar, siempre podrán contar con el apoyo y proyección de un piloto de primera categoría.

De hecho, se aprecia un rintintín en el comunicado de despedida de Ricciardo, donde Abiteboul ha dicho que "la ambición y la estrategia del equipo permanecen inalteradas" y que "la confianza, la unidad y el compromiso son más importantes que nunca para un equipo de fábrica". No puede decir lo contrario, porque si lo hace le querrán cerrar el equipo. Y es muy probable que lo intenten igualmente, en el contexto de crisis que se avecina.

Tampoco es despreciable el hecho de que Renault ya pagaba una ficha de más de 20 millones de euros con Ricciardo. Ese montante es más o menos la mitad de lo que Fernando percibía en su momento, pero es mucho más de lo que se pueden permitir la mayoría de escuderías de la parrilla. De modo que el asturiano aún podría negociar unas condiciones competitivas, aunque supusieran aceptar una rebaja de su caché.

Dicho de otro modo, Fernando Alonso puede ver un volante libre en Renault y Renault puede ver en Fernando Alonso un argumento para justificar su supervivencia. Los resultados deportivos son la prioridad para el asturiano, pero es posible que esté ante la última oportunidad de recalar en un proyecto de la categoría reina que de verdad dependa de él al 100%. Una oportunidad de un último vals.

Será necesario que Fernando valore muy bien qué quiere hacer con su carrera. Es consciente de que en Renault no puede ganar carreras a día de hoy, de modo que fichar por ellos inevitablemente conllevaría un reajuste de las ambiciones deportivas, al menos a corto plazo. El único volante de rendimiento inmediato es Red Bull, donde sabe que Alexander Albon termina contrato este curso. Pero sabe que Red Bull no le necesita. No es imprescindible para ellos. Para Renault, sí lo es. Y si de verdad Sebastian Vettel también llama a las puertas de Enstone, puede que el asturiano pueda cobrarse una última venganza evitando que el alemán consiga el contrato.