Obituario de John Surtees: adiós a un campeón icónico

Surtees, campeón del mundo de F1 con Ferrari en 1964, es el único piloto en la historia en conseguir vencer títulos mundiales en las categorías reinas de las dos y las cuatro ruedas, habiendo logrado siete títulos mundiales en las categorías de 350 y 500 centímetros cúbicos.

Pero Surtees siempre fue alguien de perfil bajo, humilde, cercano y de conversación amena. Como piloto de coches, destacó siempre por su fino sentido para la puesta a punto de los monoplazas, facilitando un desarrollo adecuado de los equipos. Así lo recuerda el ingeniero Mauro Forghieri, para quien la pérdida de Surtees en la Scuderia Ferrari, en 1966, fue un golpe duro por perder a un líder en el desarrollo de sus creaciones.

En la F1 desembarcó en 1960, a los mandos de un Lotus con el que debutó en el GP de Mónaco, y en su segunda carrera ya quedó segundo en el GP de Gran Bretaña. El impacto que Surtees causó en el mundo de las cuatro ruedas fue fuerte: no era el primero en dar el paso, pues antes era común empezar en motos y acabar en coches, pero sí que había demostrado una adaptación asombrosa. Era rápido, era constante, y era seguro.

Pasó por Cooper y por Lola, pero en 1963 Enzo Ferrari lo llevó a su equipo, que acababa de sufrir la pérdida de un talento como Ricardo Rodríguez. La jugada era relativamente arriesgada. Pero con John a bordo, el coche de 1963 empezó a mejorar tras un desastroso 1962, y consiguió su primera victoria en el Nürburgring ese mismo año. Pocos pueden decir que el primer éxito es en el circuito más difícil del mundo. Surtees lo logró.

Es cierto que sus relaciones con Ferrari se fueron agriando. En Maranello pensaban que el que John condujese para Lola estaba suponiendo un trasvase de información hacia los ingleses. Empezaron a ocurrir cosas extrañas en 1966, que serían largas de relatar, pero que acabaron con John abandonando la Scuderia tras no ser incluido en el equipo para las 24 Horas de Le Mans. Una lástima: el 312 de aquel año era un buen coche, habían ganado en Bélgica, y pudo haber sido su segundo título.

A partir de ahí, los resultados de John empezaron a declinar, aunque aún lograría ganar en Italia para Honda en 1967, la que sería su última victoria en la F1. Casualidades. "Il Grande" John, que había pilotado para MV Agusta en motos, que había alcanzado lo máximo con Ferrari en monoplazas, obtenía su último gran éxito en Monza.

Fundó su propio equipo, el Team Surtees, en 1970, pilotando para sí mismo, pero abandonando la competición en 1972. A partir de ahí dirigió su equipo hasta que se desmanteló en 1978.

Pero las carreras deportivas pueden contar las cosas con frialdad. Surtees, el Caballero del Imperio Británico, fue un piloto rapidísimo, de trazada elegante, siempre con el coche por el sitio, rara vez descontrolado. Compitió en una época de talentos inmensos, como Clark, como Hill, como Brabham, como Stewart. Y los ganó. Y le ganaron. Pero todos tenían una buena relación con John porque John era bueno. Tanto lo sería, que el propio Enzo Ferrari y él retomaron sus buenas relaciones una vez pasado el calor de aquella crisis de 1966. La pérdida de su hijo Henry en 2009 un desafortunado incidente en la F2 le movió a crear una Fundación para ayudar en la investigación de las enfermedades provocadas por accidentes, especialmente de médula.

Hoy hemos perdido a una leyenda. Y las leyendas de verdad son muy escasas. Uno piensa en su casco blanco con la raya azul, y ya lo está imaginando, sea en una moto, sea en un coche, yendo rápido. Buena carrera, John. Se te va a echar de menos.