Análisis GP Australia F1 2024: el 'bajón' de Red Bull no fue casualidad

En comparación con Sainz, que fue el ganador de la prueba, ésta fue la evolución de sus vueltas y diferencias:

Pérez sólo fue capaz de estar cerca de la posición de Sainz, en sus tiempos de vuelta, en las primeras vueltas de cada tanda, ya que a medida que la tanda iba avanzando y los neumáticos se iban deteriorando, su diferencia se iba haciendo cada vez más visible. Esto fue especialmente visible en la segunda y tercera parte de su carrera, pero también se pudo ver al comienzo de la carrera. Es cierto que hubo un daño en el fondo plano, que podremos ver más adelante, pero lo cierto es que los problemas no se quedaron sólo ahí, sino que fue incapaz de estar en ritmo ya desde el comienzo de la carrera. 

Esto se podía ver de una manera más clara en el ritmo por vuelta:

De manera general hubo unas tres décimas de diferencia entre los dos pilotos, que estuvieron muy presentes en el primer y tercer tramo de la vuelta, y que únicamente era capaz de recortar Pérez gracias a la velocidad en recta, superior en toda la carrera. Pero estas diferencias fueron incluso superiores en la primera tanda, cuando Pérez no tenía todavía problemas en su monoplaza. De hecho, la pérdida se iba casi al segundo en la zona final de la vuelta, y se completaba con otras cuatro décimas en la primera zona que sólo era capaz de recortar Pérez en la zona central de la vuelta. La segunda parte y tercera de la carrera tuvo el mismo guion: Pérez más rápido en recta y Sainz mejor en las curvas. 

Lo podemos ver con una comparativa de vueltas representativas en la primera parte de la carrera:

Ambos colocados en aire limpio con el mismo neumático, el medio, reflejaban grandes diferencias. En la curva 1, Pérez se dejaba dos décimas porque tenía que frenar más que Sainz, mientras que en la curva 3 tenía que frenar antes y durante el mismo tiempo, con otras tres décimas perdidas. La recta era favorable para Pérez, que le hacía recuperar casi tres décimas sobre Sainz, al tener más aceleración. Pero de nuevo más tiempo en frenada y una tracción similar le hacían perder mucho en la zona final, cuatro décimas en la curva 11 y otras tres en la parte final de la vuelta, completando el segundo de diferencia. 

Más adelante, con el neumático duro colocado en ambos, los problemas también eran visibles:

Los mismos problemas estaban en la curva 1, donde Pérez se dejaba algo más de una décima, y se mantenía esta diferencia hasta la curva 6. De nuevo iba recuperando la diferencia en la recta al tener un paso por curva rápida algo mejor. Destaca el hecho de ver cómo se quedaba sin energía al final de la recta y la ventaja que tenía Sainz era recuperada por Pérez. Pero lo más sangrante llegaba al final de la vuelta, con la curva 11 y 13 como principales puntos críticos, donde se dejaba dos décimas en cada una por tener que frenar más y tener que levantar más en el paso por la curva 12 y 14.

Problemas muy evidentes en las curvas lentas y medias, que hacían que sólo fuera mejor que Sainz en las rectas y curvas rápidas, gracias a la elevada eficiencia aerodinámica que tenía. El Red Bull era vulnerable y eso se dejaba ver con toda claridad. Y si esto era poco, se añadían posteriormente problemas con el suelo del monoplaza, como quedaba claro en la segunda tanda.

Pérez se dejaba unas seis décimas por vuelta debido a la pérdida de 20 puntos de carga aerodinámica, que se expresaban a razón de dos décimas por cada parte de la vuelta, y que se podían ver a continuación:

En la comparativa de los daños, lo que más se podía notar era el efecto de la degradación, ya que Pérez tenía menos tracción en la curva 1, en la curva 3 también le costaba más parar el coche y en la zona final se dejaba tres décimas con respecto a lo que había hecho. Sin embargo, en las dos zonas más representativas para la producción de carga aerodinámica, como era el paso por la curva 6 y 10, apenas perdía tiempo e incluso lo ganaba. Esto aludía más a la pérdida de grip procedente de la degradación que a un coche claramente dañado. El problema pudo verse más claro al comienzo de la tanda 3, cuando Sainz fue capaz de mejorar casi un segundo y Pérez se quedaba en poco más de siete décimas.

Un coche, por lo tanto, que le faltó mucha curva lenta, y que sólo trabajaba bien en las rectas y curvas rápidas. A baja velocidad sufría y se apoyaba demasiado en los neumáticos, elevando su degradación por encima de lo que hacía Sainz. Problemas reales y claros del Red Bull, que habría que ver el efecto que hubieran tenido en Verstappen, pero que mostraban que no estaban en otro mundo en Melbourne, ni mucho menos.