Historias del Dakar: Ganar en motos y coches es cosa de tres

Es verdad que ha habido pilotos que lo han hecho bien en moto y en coche, pero de ser campeones en ambas especialidades hay pocos. John Surtees es el único que lo ha hecho en F1, aunque Mike Hailwood no estuvo muy lejos de lograrlo.

Del ‘trío Dakar’, Auriol, apodado "el Africano" porque nació en Adís Abeba, la capital de la entonces Etiopía, es el único que ha sido además organizador de la prueba, nada menos que durante una década. Un papel que han ocupado otros grandes motards, ganadores del Dakar, como Marc Coma –en tres ocasiones– y David Castera en la actualidad. Auriol falleció en 2021 a causa de una afección cardiovascular a los 62 años. Peterhansel se ha tomado este año un ‘Dakar sabático’ para descansar, sin aclarar si volverá. Nani es el único de los tres en liza este año.

Nani está muy orgulloso de sus dos triunfos. Ha corrido el Dakar en África, Sudamérica y Arabia. El Sáhara y el Sahel dejaron muchas huellas en su cuerpo; en coche, es más tranquilo y sosegado, aunque conoció en Arabia algo peor que las fracturas: el cáncer de próstata, justo tras la edición de 2022, que le impidió correr en 2023, pero del que está recuperado.

Para el piloto de Folgueroles, no se pueden comparar los tres entornos del Dakar. “Cuando gané en motos en África, el desafío era muy distinto, sin duda. Lo primero que hay que mencionar es que competíamos durante 18 días, a veces 20. Las condiciones siempre eran muy, muy duras. Las etapas eran mucho más largas y elegir la línea correcta era una batalla intensa. Además, la comida que comíamos era muy distinta a la de ahora. Todas estas cosas se sumaron para hacer de esos rallyes Dakar africanos un verdadero desafío. Estábamos en plena naturaleza, así que a menudo te sentías solo y en medio de la nada. En Arabia Saudí vamos al medio del desierto, pero, aun así, se ve gente por todas partes. En África, a menudo nos sentíamos como si estuviéramos en medio de la nada. En aquella época teníamos menos ayuda tecnológica, menos lujos, y las etapas eran más largas. Correr el Dakar en África siempre fue un reto enorme a nivel personal, humano y profesional”, ha explicado Nani en un reportaje para Red Bull, su patrocinador.

Nani afirma que la decisión de saltar de dos a cuatro ruedas fue, para él, “muy fácil. Siempre me había interesado la categoría de coches. Incluso cuando todavía corría en motos en el Dakar, siempre miraba los resultados de la categoría de coches y pensaba que algún día podría correr sobre cuatro ruedas. Así que, cuando tuve la oportunidad de hacer algunas pruebas con Nissan, aproveché la ocasión. Desde esa primera prueba, sentí que tenía la capacidad de ganar el Dakar en coche. Eso hizo que mi decisión de pasar de las motos a los coches fuera fácil”.

La decisión llegó “cuando gané el Dakar en 2004 en moto. Hablé con mi agente sobre la posibilidad de participar en el rally del año siguiente al volante de un coche. Siempre he intentado tomar mis propias decisiones a lo largo de mi carrera y he confiado en que sé lo que es mejor para mí, pero también siempre he escuchado a los demás. Observo, pero tomo yo la decisión. De esa manera, sabes que ha sido tu elección, incluso si las cosas van bien o mal”.

Muchos pilotos ganadores en motos han intentado saltar a los coches, como ahora hacen Price y Sunderland. Ganadores como Cyril Neveu, Edi Orioli o Gaston Rahier lo intentaron, pero no tuvieron una buena trayectoria en cuatro ruedas.

“Es algo realmente increíble que seamos los únicos tres que hemos ganado en moto y en coche. Está claro que no es algo fácil de conseguir, así que me enorgullece mucho compartir este honor con grandes leyendas como Auriol y Peterhansel. Conozco a Stéphane mejor que a Hubert Auriol, pero hay algo que sí es seguro sobre ambos: su pasión por las carreras del Dakar. Es algo que me enorgullece tener en común con los dos”.

Correr un Dakar en coche y en moto es muy distinto. Desde el punto de vista físico, requiere una preparación muy diferente, pero en cuatro ruedas también es muy físico, aunque quizás menos peligroso. “Conducir un coche en el Dakar es como participar en un combate de boxeo: recibes impactos muy fuertes una y otra vez. Cuando pasé de la moto al coche, me di cuenta de que tenía que cambiar los grupos musculares en los que me centraba en el entrenamiento. Yo diría que el trabajo de un motorista es mucho más dinámico porque mueves todo el cuerpo cuando vas en moto [y absorbes los impactos con las piernas, que hacen de amortiguador]. En el coche, siempre estás sentado en el asiento, nunca de pie. En moto entrenas tus músculos para que resistan y así puedas afrontar etapas realmente largas”.

Pero hay otras diferencias de orden mental. En moto, si te caes, te haces daño, como bien sabe, pero además es más estresante. “Los motards no solo deben correr, también deben orientarse por sí mismos, deben estar mentalmente alertas en todo momento. En un coche tienes un copiloto que se encarga de la navegación, de las alertas”.

Otra diferencia importante para él: “La misma moto del Dakar la puedes tener en casa y salir a entrenar con ella todo el año. Aunque en coche el equipo organice muchos test, no es lo mismo, no puedes tenerlo en casa, entrenar cuando quieres… a no ser que seas Nasser o Yazeed”.

Nani cree que tiene cuerda para rato. Los ejemplos de Carlos y Peterhansel están ahí, y le llevan diez años. “Cuando haces algo con pasión…”, los años no cuentan… o cuentan menos.