'Favor' de Trump a Musk: adiós a la obligación de informar de los accidentes de coches autónomos

Las redes sociales se han hecho muchas veces eco de espectaculares accidentes en los que se ven involucrados coches que circulaban con tecnología autónoma. Una tecnología que las mismas marcas avisan que no es sustitutiva de la atención humana, por más que algunos conductores imprudentes escojan hacer un mal uso de la misma.

Tesla está a menudo en las noticias por este motivo, porque fue Tesla quien popularizó esta tecnología.

Todavía hay mucho trabajo que hacer para que los coches sean totalmente autónomos y buena parte de estos accidentes se deben a que el ‘conductor’ sobreestima las capacidades del sistema autónomo o lo usa en entornos donde no debería utilizarlo. Pero en todo caso no es una buena publicidad y daña la imagen de la marca.

Oficialmente, la excusa es evitar una recopilación de datos excesiva. Pero muchos piensan que es una concesión de Trump al máximo donante de su campaña, Elon Musk, el patrón de Tesla, que ha conseguido de esta forma ser elegido para reformar y hacer más eficaz la administración, el denominado Departamento de Eficiencia Federal.

En su mandato anterior, Trump se mostró plenamente contrario a los coches autónomos. Antes de las actuales elecciones ‘disparaba’ contra los eléctricos, los subsidios que reciben, y parecía dispuesto a abogar por los térmicos. Respecto a lo primero, un cambio de timón; respecto a lo segundo, por el momento ‘stand bye’.

¿Es este el objetivo de Musk al convertirse en el mayor donante para la campaña de Trump? Fueron al menos 75 millones de dólares, otras fuentes duplican prácticamente la cantidad. Dinero de bolsillo para el hombre más rico del mundo. Su fortuna se eleva a 400.000 millones de dólares, así que estamos de 0,02% de su fortuna actual, 0,05 si nos fijamos en los 140 millones de otras fuentes. Una fortuna que podría creer si consigue cobrar los 56.000 millones aprobados por el Consejo de Tesla a modo de retribución especial y que le ha sido negado en sede judicial dos veces a demanda de accionistas minoritarios.

Este movimiento gubernamental beneficiaría también a otros fabricantes. General Motors ha decidido detener su asociación con para la puesta en marcha de taxis autónomos, el proyecto Cruise, y se reorientará el desarrollo de la conducción autónoma hacia los vehículos privados. Y por supuesto se beneficiará Waymo.

De hecho, Auto Innovators, una unión de fabricantes en la que no figura Tesla que aboga por el coche autónomo, se mostró de acuerdo

“Auto Innovators apoya las iniciativas de políticas que facilitan la innovación y eliminan los obstáculos para la prueba y el despliegue seguros de vehículos altamente automatizados y agilizan la actividad legislativa y regulatoria para respaldar el proceso de fabricación global. Auto Innovators respalda la evaluación de la NHTSA sobre los roles de las autoridades federales y estatales. Como se describe en la guía de la NHTSA sobre vehículos autónomos, la supervisión del diseño, el rendimiento y la certificación de la seguridad del sistema se lleva a cabo de manera más apropiada a nivel federal, mientras que los estados deben continuar con su función tradicional de manejar las cuestiones de registro, licencia y seguro de los vehículos”, ha señalado.

Respecto a la eliminación de subsidios a los coches eléctricos, que temen todos los fabricantes, Musk se muestra tranquilo. Hace años que agotó el subsidio y considera que la supresión causaría leves perjuicios a Tesla pero sería devastadora para otros fabricantes. Tesla está haciendo un importante negocio en Europa, asociándose con otros fabricantes para disminuir el cálculo de la emisión media de sus automóviles y eludir multas. En Estados Unidos hace lo mismo, vendiendo sus ‘créditos’.

De todas formas, el interés de Musk en el Gobierno de Estados Unidos va más allá de Tesla. Su compañía aeroespacial, SpaceX, ya tiene actualmente contratos multimillonarios con la Administración y eso puede ir a más. De hecho, Trump ya ha decidido que el nuevo director de la NASA sea Jared Isaacman, que ya trabajó con Musk en SpaceX.