El sucesor del Mazda RX-8 está más lejos que nunca
El presidente de Mazda, Akira Marumoto, ha declarado recientemente que el fabricante japonés no contempla el lanzamiento de un sucesor del RX-8 dotado de motor rotativo. La principal razón es la dificultad de adecuar las cada vez más restrictivas leyes de emisiones a este tipo de tecnología.
¿Cuándo habrá un sucesor para el Mazda RX-8? Esta pregunta ha rondado por la cabeza de todos los seguidores de la marca japonesa desde el año 2012, momento en que el deportivo de motor rotativo dejó de fabricarse. La propia marca ha contribuido a alimentar los rumores al presentar ‘concepts’ como el RX-Vision de 2015 o el Vision Coupe de 2017. Además, a principios de este año, salían a la luz unas patentes de Mazda sobre un motor rotativo en desarrollo para su uso en vehículos eléctricos e híbridos como extendedor de batería para el año 2021. Nada más lejos de la realidad. El sucesor del RX-8 no es algo que Mazda tenga en mente a día de hoy.
"Producir un vehículo con motor rotativo –y no sólo como un generador para alimentar la batería de un motor eléctrico– es un sueño para la gente que trabaja en Mazda. Pero actualmente no estamos en el escenario ideal para comenzar a producir estos motores inmediatamente", ha declarado Akira Marumoto, máximo responsable de Mazda.
Mazda se cierra a día de hoy en banda a la fabricación de un nuevo deportivo con motor rotativo precisamente por la época en la que vivimos. Corren tiempos en los que las emisiones de los motores de combustión se miran con lupa, y eso es algo en el que un propulsor de este tipo no destaca precisamente por ser 'verde'. Las leyes anti contaminación han matado al motor Wankel tal y como lo conocíamos hasta ahora. De momento lo único que aparece en el horizonte de la firma asiática es ese 'apoyo rotativo' para los motores eléctricos. Del sucesor del RX-8, ni hablar.
