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Porsche Boxster y Cayman: su próxima generación, eléctrica

24/04/2019 14:50

Porsche ha dado luz verde al proyecto que convertirá sus dos modelos de entrada, el Boxster y el Cayman, en eléctricos con la llegada de su nueva generación. Además, la marca alemana trabaja en una versión híbrida de los actuales 718.

La estrategia de electrificación de Porsche sigue su curso. Con el lanzamiento del Taycan a pocos meses vista, llegó la confirmación de que la siguiente generación del Macan iba a ser cero emisiones. Eso sí, sin que ello supusiera la desaparición de la actual. Pues bien, según ha confirmado la publicación Autocar, Porsche también tiene intención de convertir en eléctricos a sus dos modelos de acceso, el Boxster y el Cayman. El propio Oliver Blume ha confirmado al mencionado medio que ya se realizan pruebas al respecto con unidades prototipo, al mismo tiempo que se trabaja en la variante híbrida de los actuales 718, generación que por cierto estará en liza al menos hasta 2023. No obstante, y como sucede con el Macan, no se descarta que los futuros Boxster y Cayman eléctricos convivan con las versiones de combustión.

La idea de un Boxster eléctrico no es nueva. Hay que remontarse ocho años atrás para recordar al Porsche Boxster E, un adelantado a su tiempo que se presentó cuando el coche eléctrico no era visto más que como un futuro lejano. Pero la industria del automóvil avanza mucho más rápido de lo que uno puede imaginar, y lo que por aquel entonces era una joya tecnológica, hoy es un vehículo cuyas cifras de potencia y autonomía no estarían a la altura del nombre de la marca.

El Porsche Boxster E contaba con dos motores, uno de ellos, el delantero, alojado en el hueco que dejaba libre el depósito de gasolina del modelo convencional. Entre ambos sumaban una potencia de 180 kilovatios, lo que equivale a algo más de 240 caballos, mientras que el par máximo era de 540 Newton metro. Las prestaciones del prototipo apuntaban a una aceleración de 0 a 100 kilómetros/hora en 5,5 segundos y a una velocidad punta autolimitada de 200 kilómetros/hora. Esta última solución se tomó para conservar la autonomía de las baterías, de 29 kilovatios hora de capacidad y que llegaban a aguantar hasta 170 kilómetros entre cargas. Porsche también construyó dos prototipos con un solo motor sobre el tren trasero, que eran capaces de acelerar de 0 a 100 kilómetros/hora en 9,8 segundos y de alcanzar una velocidad punta de 150 kilómetros/hora.