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Un Porsche 959 muy especial

José Miguel Vinuesa
03/02/2018 10:30

Bruce Canepa fue un piloto de éxito en los Estados Unidos, y hoy es uno de los restauradores más respetados del mundillo, especialmente si se trata de Porsche. Pero entre sus joyas se encuentra un modelo muy especial: uno de los 959 homologados para el Grupo B de rallies, y al que ahora Petrolicious rinde un merecido homenaje.

El 959 es uno de los hitos de Porsche, pero al mismo tiempo se puede argumentar que es el que salvó al 911 de la extinción, porque en los años ochenta, la marca se había lanzado a una serie de modelos de motor central, en especial el 928, que debían jubilar para siempre al 911.

Pero algunos no querían renunciar al potencial del 911, pese a su longevidad por entonces, y entre otros, Helmut Bott se empeñó en crear un coche llevado al extremo en tecnología y diseño. El mundo lo vio por primera vez en 1986, y era algo espectacular. Con un motor twin-turbo de seis cilindros y 2.8 litros con 450 caballos, con tracción total, una suspensión controlada electrónicamente, ruedas de magnesio de radios huecos y un chasis y carrocería complejo hechas de aluminio, Kevlar y fibra de vidrio. Era el coche de producción más rápido, al menos hasta que surgió el F40 y otros rivales posteriores.

Pero hay uno más especial aún, y es el de Bruce Canepa. Su unidad data de 1988, pero se encontró con que no estaba homologado para el tráfico en vías públicas. Tras 11 años de luchas administrativas, pero sobre todo de mejoras, el coche puede al fin rugir en Estados Unidos, junto con todas las mejoras realizadas.

Así, cuenta con un nuevo biturbo en paralelo Borg-Warner sistema de combustible actualizado, ECU reprogramada y los escapes y la transmisión han sido revisados. El resultado es que alcanza los 773 caballos, y una velocidad máxima de 370 kilómetros por hora. Para soportarlo, se ha mejorado la suspensión, las llantas y los neumáticos.

Pero un coche con 20 años es aún capaz de plantar cara, y superar, a muchos de los recién llegados. Un coche muy por delante de su tiempo, y que aún admite campo de mejora. Un mito inagotable.