Curiosidad

Robados, copiados, compartidos: ¿de quién es este nombre?

13/04/2020 09:50

El nombre de una marca o de un modelo siempre ha sido un sello distintivo en el mundo del automóvil. Por eso son firmemente defendidos con uñas y dientes por los implicados.

Algunos ejemplos los tenemos en mente. Recordemos la polémica que surgió hace un año por la existencia de un grupo suizo que disputaba el nombre de Hispano Suiza a los herederos de su fundador Damián Mateu.

Parece que los segundos tienen el derecho sobre algún país como México, pero que en los grandes mercados la propiedad del mismo es española. Es algo similar a lo que sucede con Domecq, que una cosa es la empresa jerezana y otra la de la México, que era propiedad de una rama de la familia afincada allí… Algo que se supo cuando la marca patrocinó en Fórmula 1 al mexicano Héctor Rebaque.

En los anales de la automoción hay muchos otros ejemplos, el más conocido es el del Rolls-Royce. En su momento Ferdinand Piech se hizo con la empresa que fabricaba Bentley y Rolls-Royce… sólo que el nombre de la marca Rolls-Royce no era propiedad de esta subsidiaria de Rolls Royce-Aviation, sino de esta última. Bern Pitschraider, el patrón de BMW que también quería Rolls, estaba enterado de ello y como tenía contactos con Rolls-Royce Aviation los aprovechó para comprar los derechos del nombre para automóviles. El resultado, Audi se quedó con la fábrica y Bentley, que entonces fabricaba básicamente clones de Rolls-Royce, pero más económicos, y BMW se hizo con Rolls.

En la Fórmula 1 hemos tenido ejemplos recientes, con el nombre de Lotus. Cuando quiso entrar en la F1, el empresario de aviación Tony Fernandes llegó a un acuerdo con la familia Chapman, que es propietaria de Lotus Classics, para usar el nombre…. Pero Gerard Lopez llegó a un acuerdo con Lotus Cars. En 2011, Fernandes resucitó el nombre de Lotus para la F1, mientras Lopez seguía usando Renault, pero en 2012 los Renault pasaron a llamarse Lotus y Fernandes rebautizó su equipo como Caterham, una pequeña empresa de coches deportivos inspirados o clones en el Lotus Seven.

Incluso hubo un nombre repetido en la Fórmula 1: ATS. El primer ATS fue construido por una empresa italiana denominada Automobile Turismo Sport, fundada por Carlo Chiti con 'prófugos' de Ferrari, que estuvo en Fórmula 1 en 1963 y 1964, aunque siguió produciendo pequeños sport algún tiempo más. En 1978 Gunther Schmidt, fabricante de las llantas especiales más populares del momento, ATS, entró en Fórmula 1 con coche propio que se llamaba ATS.

Y seguramente recordarán que hace unos días hablamos del Huayra de Heriberto Pronello, bastantes años anterior al Huayra de Horacio Pagani, el superdeportivo que en la actualidad hace soñar a muchos.

Registrar nombres es tan complicado que algunas marcas 'repiten'. Lo ha hecho Ford con el Puma, cuya primera generación fue un coupé deportivo de pequeña cilindrada y que años después ha reaparecido convertido en SUV.

En su día hubo confrontación entre Peugeot y Porsche porque los franceses tenían registrados números de tres cifras con el 0 en medio: 901 debió convertirlo Porsche en 911; el nombre de 906 fue efímero y se conoció más como Carrera 6, pero el Porsche 908 no tuvo ese problema.