Maverick, un nombre para todo: desde un coupé o berlina a un SUV pasando por dos 'todo terreno'

Pero hacia donde quería ir es a señalar que Ford nos tiene acostubrados a ‘recuperar’ viejos nombres pese a que el nuevo modelo no tenga nada que ver con el original. No hablo ya de tecnología sino de ‘filosofía’, pertenecientes a tamaño y segmentos muy distintos.

Lo hemos visto recientemente con el Puma. Originalmente fue un pequeño coupé asequible destinado a ser el rival del Opel Tigra  –enfrentamiento entre pequeños felinos– pero el mercado no estaba preparado o no fue receptivo como para mantenerlos mucho tiempo en el mercado.

El Puma ha reaparecido ahora como SUV pequeño o si quieren, por seguir una moda, SUV urbano –apelación que me da patadas en el bajo vientre porque el concepto de SUV lo ligo a actividades al aire libre, todo lo contrario a lo de un vehículo urbanita, pero bueno si aceptamos también GT de 4 puertas, aceptamos pulpo como animal de compañía– y en cierta forma se repite el esquema que se usó con el prolífico nombre de Maverick.

El nombre de Maverick es muy conocido en España. En Barcelona se fabricó un Ford Maverick, un 4x4 destinado al mercado europeo –el primero de la marca– que no era más que el Nissan Terrano fabricado por la entonces Motor Ibérica en la Zona Franca de Barcelona. Curiosamente ambos modelos tenían un homónimo en otros mercados. En Australia Ford comercializó un Maverick que no era otro que un Nissan Patrol GR destinado al mercado local. El Terrano asiático era absolutamente distinto y hoy el Nissan Terrano que se ofrece en algunos mercados no es otro que un Dacia Duster debidamente personalizado.

Pero aquel Maverick fabricado en Barcelona no fue ni siquiera el primer Maverick. En su día el Maverick fue la respuesta de Ford a la crisis del petróleo, que le llevó a realizar un doble modelo: un coupé de bajo precio, de motor 4 cilindros, que también tuvo versión sedán. Tuvo vida efímera, entre 1970 y 1977, quizás porque con sus niveles de potencia –la versión básica ofrecía 82 caballos– no acababa de enraizar con los gustos americanos y el ofrecimiento de motores más potentes, V6 y V8, no fue suficiente. Salió de catálogo en USA, siguió fabricándose en Brasil para responder a las demandas de un mercado local muy protegido frente a las importaciones. En México se llegó a realizar una serie Shelby Maverick, aunque Carroll Shelby no tuvo nada que ver con ella, sino una fabrica de componentes local, en su día fundada por Shelby y que fue vendida a un empresario mexicano.