La crisis de los microchips se ceba con las matriculaciones en agosto

Las ventas de coches no remontan en el segundo mes completo tras la rebaja del impuesto de matriculación. Para encontrar peores cifras es necesario retraerse a los veranos de 2011 y 2013.

El acumulado anual –588.314 unidades– registra un descenso del 33% en relación a los dos primeros cuatrimestres de 2019. Existe un crecimiento –12%– respecto a 2020, aunque los meses de confinamiento maquillan esta cifra.

Todos los canales experimentan caídas notorias respecto a 2020, pero el que sale peor parado es el de los particulares, que retrocede un 30,7%. Las empresas –27,1%– y las alquiladoras –24%– lo siguen de cerca.

Los vehículos comerciales ligeros retroceden un 46% respecto a 2019 y un 28,6% respecto a 2020. Los industriales y ligeros caen un 20,3% –2019– y un 12,5% –2021.

Las patronales apuntan a dos factores para explicar estos datos: la crisis de microchips que paraliza fábricas en todo el mundo y la incertidumbre sobre la transición a la electromovilidad.

"Agosto no es un mes en el que se hagan grandes volúmenes, pero la caída es muy importante y nos remite a datos de la anterior crisis económica", señala Noemí Navas, directora de Comunicación de ANFAC.

"Esta reducción responde en parte a la caída de la producción por la escasez de microchips y a la situación derivada de la pandemia, que aún no se ha terminado".

"Además, el sector vuelve a percibir incertidumbre entre los consumidores al respecto de qué coche comprar, ahora por la posibilidad de mayores restricciones a las tecnologías".

La patronal de los concesionarios oficiales, FACONAUTO, también apunta a la crisis de suministros.

"La crisis de los microchips y la consiguiente falta de stock en la mayor parte de las redes de concesionarios es el factor que más está lastrando las matriculaciones. Desmoviliza a los compradores, con lo que no se está generando cartera de pedidos para los meses siguientes", apunta su dircom Raúl Morales.

"Prevemos que este problema se mantenga de cara al último tramo del año y, junto a la incertidumbre que sienten los consumidores, nos coloca en un escenario peor del que preveíamos al inicio. Fiamos la recuperación para el año que viene".

Desde GANVAM señalan que la pérdida de poder adquisitivo y el retraso en las entregas de los pedidos desincentivan la compra de vehículos.

"El encarecimiento de la energía ha disparado la inflación, socavando la confianza de los consumidores que, al ver reducido su poder adquisitivo, no tienen más remedio que frenar el gasto", dice Tania Puche, directora de Comunicación.

"A esto se suma que quien puede comprar sufre retrasos en la entrega del coche por la escasez global de chips, lo que provoca el desplazamiento de la demanda al mercado de ocasión".