Los 'moto cars' han llegado para quedarse

Los 'side by side'​ son vehículos pequeñosde tracción a las cuatro ruedas, más grande que un quad pero menor que un todoterreno pequeño. Oficialmente dirían que corren demasiado sin ofrecer la seguridad de los TT clásicos, que sus velocidades punta son excesivas para su peso y tamaño y quieren que no puedan superar los 135 kilómetros/hora.

La razón de todo ello, sin embargo, puede ser otra. De ser anécdota, en cuando han pasado a ser llevados por buenas manos, se han convertido en una amenaza para los 'coches consagrados' y ya aspiran a podios absolutos e incluso a victorias en los raids.

En otras palabras, lo que era una curiosidad, un divertimento y una oportunidad de lograr inscripciones más nutridas, se ha convertido en un 'caballo de Troya' que mira las más altas cotas. Incluso este año en el Dakar pueden dar una sorpresa, dado el recorrido en el que predomina la arena.

Los pilotos buscan diversión al mejor precio. No en vano, el grueso de los fondos sale de sus bolsillos y lo de diversión va unido a unas prestaciones interesantes. Tanto que incluso ‘Monsieur Dakar’, Stéphane Peterhansel, hace algunas incursiones en pequeños raids con uno de estos coches y acompañado por su mujer, Andrea Mayer.

Es un movimiento que se inició con los denominados kartcross, una especialidad dentro del Autocross y hoy en día es quizás la más competida.

Es la repetición de lo que sucede en montaña con los CM, los coches con motor de moto, que 'atentan' contra el orden establecido. Javi Villa especialmente lo ha demostrado en repetidas ocasiones, aunque otros pilotos como Óscar Palacio también se sumen a la labor. Los BRC, Silver Car, Speed Car, Demoncar, etc. se han ganado un lugar en la especialidad. La mayor parte de estos constructores también ofrecen vehículos de kartcross. Los 'side by side', por el contrario, son de grandes fabricantes: Yamaha, Can-Am, Polaris, etc.

Estas categorías nacieron y se expandieron por ser una alternativa económica a las categorías tradicionales, ya que ofrecían prestaciones y diversión.

Es cierto que no tienen la magia, el pedigrí y el glamour de los grandes GT o las barquetas, que las primeras realizaciones eran en exceso artesanales. Pero los últimos modelos lanzados por los fabricantes comienzan a tener una estética y unos acabados muy cuidados. A fin de cuentas, los aficionados quieren ver coches que corran, que den la impresión de ir al límite.

Si en el automovilismo de cada día, en los 'coches de calle', renegar de los coches eléctricos con un simple 'no pasarán' resulta absurdo, asimismo lo es oponerse a este tipo de vehículos que día a día son más populares.

En algunas pruebas o especialidades se les quiso relegar a una clasificación aparte. Pero está claro que el aficionado las une: le interesa saber quién es el mejor de todos, lo de dividir por categorías vendrá en todo caso después.

Pueden parecer sencillo, sofisticado… pero responden a la lógica que Colin Chapman quería para sus Lotus y que también ha defendido grandes ingenieros de F1: para correr no necesitas un motor muy potente sino un coche muy ligero.

Está claro que todos estos coches con motor de motocileta han llegado para quedarse. Y a la larga lo agradaceremos.

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