Laguna Seca, primer match ball para Alex Palou
Alex Palou se enfrenta a su primer match ball este fin de semana en Laguna Sena, un circuito en el que no ha corrido nunca ya que la IndyCar no pudo ir allí el año pasado.
La última referencia es de 2019, cuando Colton Herta dominó la carrera; fue líder 83 de las 90 vueltas y supo contener el asalto final de Will Power y diría que es la única referencia porque entre 2004 y 2019 la Indycar no visitó esta pista.
Palou tampoco había corrido nunca en Portland y fue el más veloz en los Libres 1, conquistó la Pole y al final también la carrera. No cabe duda de que se adapta muy rápido a los circuitos, sobre todo a los ruteros y aquí, al menos, tiene la ventaja de haber hecho un test.
Palou llega a esta prueba con 25 puntos de ventaja sobre Pato O'Ward, 34 sobre Josef Newgarden, 49 sobre Scott Dixon y 75 sobre Marcus Ericsson. Son los únicos que aún pueden aspirar a 'robarle' el título. Si sale con 50 puntos de ventaja sobre ellos, el título será suyo sin tener que esperar a Long Beach, una semana más tarde.
En cada prueba el máximo de puntos a conseguir por un piloto son 54, pero teniendo en cuenta que sólo con salir se suman cinco puntos, la diferencia máxima del ganador con cualquier rival son 49 puntos.
No lo tendrá fácil Alex para salir campeón en Laguna Seca. Seguro que pensará más en clave de título que en la victoria en la prueba, que lo que debe hacer es no cometer errores, ni de pilotaje, ni tácticos… y, por supuesto, huir de meterse en conflictos. Llegó a Portland a diez puntos de O'Ward y salió con 25 de ventaja; son 35 puntos de diferencia.
Los experimentados Newgarden y Dixon, que acumulan varios títulos cada uno, no se van a dejar intimidar. Mientras tengan posibilidades matemáticas, pelearán. Ya se ha visto tanto en Nashville como en Portland que en Indycar los vuelcos inesperados no son una sorpresa.
Palou vio el pasado año cómo Dixon vio que su ventaja se fundía en las últimas carreras y Newgarden estuvo muy cerca de desbancarle. Seguro que ha tomado nota.
Para esta fase final, Palou cuenta con un coach inesperado. Dario Franchitti –campeón de Indycar– es el mentor del equipo y Palou, 'el niño' del equipo, el aprendiz, acostumbra a preguntar mucho a Dixon. Pero en estas dos últimas carreras ha tenido gran ayuda por parte de Jimmie Johnson.
Jimmie es debutante en Indycar pese a sus 46 años. Normalmente es farolillo rojo o pelotón de cola. Pero Johnson acumula siete títulos de la Nascar y 93 victorias en aquella dura categoría. Sabe por lo que Palou está pasando porque perdió cuatro títulos consecutivos de la Nascar en sus primeras cuatro temporadas. No puede ayudarle con el pilotaje del monoplaza, pero sí con la fortaleza mental para superar los momentos de desastre.
"Jimmie ha sido de gran ayuda para mí. Después de romper motor en el GP de Indy, me senté con él y me dijo que cuando estaba en su carrera en la Nascar había tenido momentos como ese y que todavía ganaba. Me contó algunos trucos. Hizo lo mismo después de Gateway y, con suerte, podemos conseguir que el Campeonato se quede en casa", ha destacado Alex.
La pista tiene sólo 3,602 kilómetros, con 11 curvas y un desnivel de 97 metros. La curva icónica es el Sacacorchos –8 y 8A–, una S en pronunciado descenso que la convierte en ciega, que quizás los aficionados españoles conozcan de MotoGP.
