Impide la celebración de un rival en la última eliminatoria de la Nascar

Si fuese todo una temporada regular, posiblemente Larson ya tendría el título en el bolsillo, no en vano suma nueve victorias por cuatro de Truex y dos de Hamlin y Elliott. Pero la Nascar quiere que el título se juegue siempre en la última de las 36 carreras del Campeonato, de forma que las 26 primeras sirven sólo para elegir a los 16 finalistas. Los requisitos para llegar a ella son el haber ganado una carrera y los puestos libres se rellenan con los que llevan mejor puntuación pero no han ganado una carrera.

Y a partir de ahí, llegan las siguientes eliminatorias. Tres carreras más y sólo quedan 12 candidatos; cuatro han quedado eliminados. Otras tres carreras y tenemos al Top 8 para la siguiente fase de tres carreras. Pero los cuatro finalistas no tienen tres oportunidades, sólo una.

No será una carrera fácil. Hay cuatro finalistas… pero 35 árbitros. Se vio en la carrera de este pasado domingo en Martinsville, donde se impuso Alex Bowman, uno de los árbritos. Sólo Kyle Larson ya tenía la 'wild card' para la final porque había ganado las dos pruebas: las otras tres plazas tenían siete candidatos que se lo jugaban todo.

A siete vueltas del final, Hamlin estaba en lucha con Bowman y Kyle Busch para la victoria, pero Bowman 'empujó' a Hamlin y éste hizo un trompo y debió parar en boxes para cambiar los neumáticos. Para él, el acceder a la final parecía ya imposible… pero Bowman contuvo el asalto final de Busch y fue éste quien quedó eliminado.

Tambien Brad Keselowski, que fue tercero, por el contrario Martin Truex, que acabó cuarto, consiguió su billete para la final. Joey Logano, décimo, fue el otro que se quedó fuera.

Bowman fue el árbitro de esta batalla entre cuatro de los que buscaban en el pase y fue quien pudo quedar eliminado por el toque quien resultó al final favorecido. Todo ello mientras Larson se tomaba las cosas con calma.

Se comprende que al final de la carrera Hamlin mostrase su furia. No bajó del coche y la emprendió a puños con Bowman –quizás lo hubiera hecho de estar eliminado–- lo que no es inusual en la categoría… porque los comisarios no acostumbran a aplicar sanciones salvo en casos de gran evidencia. Hamlin se cruzó delante del coche de Bowman cuando éste iba a comenzar con los donuts habituales de celebración y lo hizo una segunda vez, no sin antes hacer el gesto habitual, puño cerrado y los tres dedos alzados.

Así que en Phoenix, una final de dos Chevrolet contra dos Toyota, dos coches de Hendrick Motorsports contra dos de Joe Gibbs Racing. Ningún Ford o piloto de Penske subirá al podio final del Campeonato.