VÍDEO

En Tailandia es posible tener un Ferrari 308 GTB para su uso diario

José Miguel Vinuesa
29/04/2017 09:48

Usar un Ferrari a diario, para ir a trabajar, a hacer la compra, para ir a cenar o simplemente a dar un paseo. Ese es el sueño de muchos entusiastas de los coches, pero sólo quienes tienen un Ferrari pueden planteárselo. De entre estos, pocos lo hacen. Pero Chayanin Debhakam no es uno de ellos.

Su posesión más preciada es su Ferrari 308 GTB amarillo, y lo es porque era su sueño tener este coche. Un sueño de infancia hecho realidad. Pero, ¿para qué quieres un Ferrari si no vas a usarlo? De esto trata el último vídeo que ha lanzado Petrolicious, de un Ferrari para el día a día.

Porque Enzo Ferrari siempre dijo que concebía el automóvil como símbolo de libertad para el hombre. Y esa libertad es la que guía el espíritu de este tailandés, porque no hay libertad en un Ferrari guardado en un garaje.

Así que, en cuanto pudo, se hizo con su Ferrari soñado: el 308 GTB. Este modelo surgió en 1975, diseñado por Pininfarina y carrozado por Scaglietti. Era un modelo de aspecto nuevo para la compañía, pero también de conceptos novedosos, como el uso de plástico y fibra de vidrio en la carrocería para ahorrar peso –que era de 1.050 kilogramos–, hasta que en 1977 se volvió al acero. Si creemos al protagonista del video, este modelo es de fibra de vidrio, lo que hace que sea uno de los 712 que se fabricaron, porque en total fueron más de 12.000 los 308 que surgieron de Maranello.

Su motor V8 de 3.0 litros entregaba 255 caballos, y tenía carter seco como en los coches de Fórmula 1, además de cuatro carburadores. Sí, el 308 es un coche especial. Como lo es Chayanin Debhakam. Cuando se hizo con el coche, era rojo con el interior en crema, pero se informó sobre el coche y descubrió que de Italia salió siendo amarillo con el interior negro. Y en el taller de su casa, con la ayuda de especialistas y apasionados, dio inicio a la restauración del coche.

Desde fuera a dentro, pero también los frenos, las suspensiones, la refrigeración. Se trataba de devolver al 308 GTB a su estado original, pero también de prepararlo para la vida diaria en Bangkok. Porque si algo no iba a hacer Chayanin Debhakam es dejarlo en el garaje. Y no lo hace. Usa su coche, que es para lo que fue hecho. Lo luce con orgullo, pero lo que más le alegra es la sonrisa de las personas cuando ven su Ferrari. No es por alarde, es por el placer de que la gente contemple lo que nació para ser contemplado.

Un Ferrari. Para el día a día. Para alegrarte el día.