Extraditadas a Japón las mentes pensantes de la fuga de Ghosn
Estados Unidos extraditó este lunes a Japón a los dos hombres que organizaron la fuga de Carlos Ghosn, que huyó del país nipón en diciembre de 2020 cuando esperaba juicio por presuntas irregularidades financieras durante su tiempo como director de Nissan.
Los protagonistas de esta historia son Michael y Peter Taylor, padre e hijo. El primero es un veterano de las fuerzas especiales. Juntos orquestaron el sonado plan, que consistió en esconder a Ghosn en una caja de instrumentos para eludir las autoridades aduaneras y así volar primero a Estambul y luego a Beirut, donde permanece desde entonces.
No son los únicos encausados, porque la fiscalía turca también ha condenado al director de una aerolínea y a dos pilotos de avión por su participación en el plan. La misma justicia turca exculpó a otros dos pilotos y a dos auxiliares de vuelo.
Michael Taylor dirigía una empresa de seguridad privada desde que se retiró del ejécito. La familia Ghosn contrató sus servicios por 1,36 millones de dólares, pagados en dos plazos. La primera transferencia, hecha a una compañía de su hijo, fecha de octubre de 2019 y fue por valor de 860.000 dólares. Una vez completado el servicio, el hijo de Ghosn transfirió 500.000 dólares en criptomonedas.
Los Taylor están reclamados por la justicia de Japón, que quiere juzgarles. Fueron arrestados en Estados Unidos en mayo, seis meses después de que Ghosn escapara. Desde entonces han permanecido en una cárcel de Massachussets, pendientes del proceso de extradición. Un juez federal quería obstaculizarla, pero esta semana el Departamento de Estados se ha pronunciado a favor.
Carlos Ghosn permanece aún en el Líbano. El exdirector de Nissan sostiene que es inocente de todos los cargos que se le imputan y que su proceso judicial es una venganza política y personal de la cúpula directiva de la marca, que estaba en contra de los planes de integración que Ghosn tenía para la Alianza con Renault.
