Robos y excesos: la estafa de una extrabajadora de BMW

Vanessa se aprovechó de su trabajo e hizo 65 transferencias electrónicas de fondos no autorizadas, además de emitir y firmar 28 cheques girados en la cuenta del concesionario, pero en su beneficio. Las transferencias de fondos que realizó totalizaron 904.659 dólares –más de 790.890 euros–, mientras que los cheques que ella usó para pagar a terceros –como compañías de tarjetas de crédito, contratistas e incluso un concesionario diferente–, fueron por un monto de 207.777 dólares –casi 181.650 euros–. Como si eso no fuera lo suficientemente malo, también extrajo 31.452 dólares –27.500 euros aproximadamente– adicionales de las cuentas de la compañía, por cargos y reembolsos de tarjetas de crédito no autorizados.

Durante la investigación, la Fiscalía descubrió que los gastos personales de Vence-Small incluían viajes en primera clase y vacaciones a Australia, Hawái, México y Jamaica, pagos a contratistas para remodelar y arreglar su casa, así como la compra –y aquí viene lo curioso– de un Ford Mustang por valor de 50.000 dólares –43.712 euros–. Y decimos curioso, porque el concesionario le permitía tener un modelo de BMW para su uso exclusivo y personal.

Desde entonces, y una vez descubierta la trama e iniciada la investigación, se le ha obligado a pagar por completo al concesionario y sus aseguradoras –que cubrieron 755.000 dólares de pérdidas, unos 660.000 euros–, y hasta ahora, ha pagado alrededor de 200.000 dólares –casi 175.000 euros–, que incluyen los 28.840 dólares –25.213 euros– que logró por la venta del Ford Mustang.

La directora del concesionario, Paula Callari, durante su comparecencia ante el tribunal como testigo, manifestó: "Todos estábamos preocupados por las finanzas del concesionario y por el hecho de que no estábamos obteniendo las ganancias que deberíamos haber tenido. Tuvimos que despedir a muchas personas y cambiamos varios planes de pago. Pero mes tras mes, nada parecía cambiar y nadie podía entender por qué. Ella tenía una respuesta para todo, pero presumo que las cosas estarán mucho mejor para fin de año sin ella".

El expediente judicial establece que Vence-Small estaba motivada por la codicia y la calificaron de "consumidora activa de gastos no esenciales", como la cirugía estética y la ropa de moda. También se utilizaron términos como "hábitos de gasto de gran volumen", "estilo de vida opulento" y "materialismo lujoso". Durante la sentencia, sus abogados defensores solicitaron libertad condicional y afirmaron que "ella no es una criminal reincidente" y su voluntad de modificar su conducta.

Sin embargo, la directora de Continental BMW, Paula Callari, no lo vio exactamente de esa manera. "Lo único que lamenta a Vanessa es que se quedó con nuestra compañía demasiado tiempo y fue atrapada. La gente como Vanessa no cambia sus hábitos", declaró Callari.

El mes pasado, fue condenada por el juez de distrito de los Estados Unidos Jeffrey Alker Meyer en New Haven a cumplir 30 meses de prisión, seguido de tres años de libertad supervisada. Al final, su sentencia es algo más leve de lo que buscaba inicialmente la Fiscalía, que pretendía una condena de 33 a 44 meses entre rejas. Pero a Vanessa nada le va a quitar una temporada a la sombra.