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La DGT coloca un 'radar' en un cono

José Miguel Vinuesa
14/10/2018 09:24

La aprobación de la ordenanza de reducción de la velocidad a 30 kilómetros/hora en al menos el 85% de las vías de la ciudad de Madrid ha provocado una confusión con lo que parecía un radar oculto en un cono en la calle Gaztambide, del barrio madrileño de Chamberí.

Sin embargo, y pese a que la Dirección General de Tráfico adquiere los datos de este modo tan peculiar, no se trata de un radar de velocidad, sino de un sensor remoto que mide las emisiones contaminantes de los vehículos. Esta tecnología se va a utilizar durante los próximos dos años de forma diaria a fin de obtener datos de al menos 700.000 vehículos, según espera la DGT, en el marco de una operación de la Unión Europea denominada Life Gystra, que no tiene nada que ver con el Ayuntamiento de la ciudad.

Life Gystra ha sido desarrollado por Cartif junto con la DGT, la empresa Opus RSE y el Centro de Investigaciones Energéticas, Medioambientales y Tecnológicas –Ciemat–. Las pruebas piloto se llevan a cabo precisamente en Madrid, y también en la capital de Bulgaria, Sofía, donde se centra en los autobuses. No obstante, la falta de información ha provocado un gran revuelo en las redes sociales, indignadas ante el peculiar sistema de lo que pensaban que era un radar de velocidad.

Javier Buhiga, jefe de consultoría de Opus RSE, opina que "la idea principal es realizar una medición real de las emisiones de los vehículos. Habrá propietarios que no sepan que su coche contamina mucho aunque lo haya comprado recientemente, como ocurrió con el caso Volkswagen. El objetivo es informarles de ello". Así, la cámara del cono "la necesitamos para hacer un análisis de las emisiones, para poder interpretarlas y cuantificarlas, pero no es el radar en sí mismo. Lo colocamos cerca del radar para poder tomar también esa información", aclara.

Ahora bien, todo podría acabar en multa ya que los vehículos identificados como contaminantes recibirán una notificación para que sean reparados. Si reinciden, serán apercibidos. Llegado el caso, y una vez establecido el mapa de emisiones, podrá llegarse a la multa. Mientras tanto, de una manera muy al estilo de la TIA –la mítica agencia de detectives española de Mortadelo y Filemón–, un radar oculto en un cono siembra la indignación en las calles de Madrid.