CURIOSIDAD

¿Qué hace una colección de Ferrari abandonada en el campo?

15/05/2019 11:47

Una colección de 11 Ferrari permanece abandonada en un descampado de Texas tras una rocambolesca y triste historia en la que incluso han desaparecido otros dos.

Encontrar una colección de coches abandonados en pleno campo no es algo habitual, y menos cuando estos son de la marca Ferrari. En total, 11 unidades históricas de la marca del 'cavallino' permanecen en un descampado situado presumiblemente en Texas por una historia de lo más rocambolesca.

Tal y como informa el portal web Silodrome.com, todos estos Ferrari los adquirió un adinerado abogado entusiasta de los coches de altos vuelos. Junto a otros de otras marcas, llegó a tener más de una decena de modelos nacidos en Maranello. Por desgracia, este individuo cayó gravemente enfermo, y por ello pagó al propietario de un garaje por adelantado para que le guardase sus vehículos. El tiempo de convalecencia se alargó más allá de la reserva de aparcamiento que había pagado, con lo que el dueño del mismo decidió sacar los coches al descampado donde han quedado abandonados.

Poco después de esto, el dueño se puso al día con los pagos atrasados, pero el denso papeleo americano en estos casos evitó que los Ferrari volvieran a descansar bajo techo. Desde entonces, todos ellos envejecen a una velocidad endiablada a la intemperie. O deberíamos decir casi todos ellos, porque según asegura su dueño la colección original era de 13 'cavallinos'. ¿Dónde están los dos que faltan? La respuesta es toda una incógnita. Y lo peor no es eso, sino que dos Rolls-Royce que también pertenecían a la colección de este hombre, se han volatilizado junto a los modelos italianos.

A raíz de esto, la familia del dueño de los Ferrari ha decidido vender nueve de ellos –entre los que se encuentran piezas del valor del Testarossa, del 348 o del Mondial– a Paul Cox, una de las figuras más reconocidas de la comunidad del 'cavallino' para este tipo de operaciones. Todos los coches, eso sí, requieren de un arduo trabajo de restauración antes de que lleguen a manos de sus nuevos dueños. ¡Qué lástima!