curiosidad

Los coches que marcaron tu juventud si naciste en los 80

José Miguel Vinuesa
25/12/2018 12:17

Hay coches que siempre nos han gustado, por el motivo que sea, incluso aunque no fuesen superdeportivos inalcanzables. Coches que rodaban por tu calle, y mientras tú sólo eras capaz de jugar con ellos en modelos a escala, empezabas a pensar en el día en qué tuvieras el carnet de conducir para hacerte con uno de ellos. Sueños.

Luego la vida te pone en un lugar en el que quizás esos coches no han pasado por tus manos. Pero si naciste a principios de los años 80, significa que el carnet de conducir lo obtuviste a finales de los 90, como pronto. Eso deja atrás a muchos modelos, pero reconócelo: siempre los mirarás con un cariño y un deseo adolescente que fue tan intenso como el cambio hormonal que experimentaste en ese tiempo.

Quizás deberíamos empezar por el producto nacional. Y ahí, el Seat Ibiza, surgido en 1984, fue una referencia. Con un sencillo y elegante diseño de Italdesign, con Giugiaro a la cabeza, y con colaboración de Porsche, el Ibiza era un coche que irradiaba un aura de felicidad. Y seguro que la versión SXI, con motor de 1.5 litros y 100 caballos, era la deportividad envuelta en el color rojo y negro, o inverso, negro con detalles en rojo. Querías uno. O alguno de sus hermanos Crono, como el Ronda o el Málaga. Eran lo más.

Pero en ese más de lo más de los pequeños, hay un nombre que resuena en la mente de todo adolescente ochentero. Renault 5 Turbo, fuese el de primera generación o el de segunda, el Supercinco. Pero este segundo era el más impactante, con sus pasos de rueda ensanchados, su logo de Turbo en la luneta trasera, y su motor de 1.4 litros y 120 caballos. Se produjo de 1985 a 1991, y aunque recibió apodos tenebrosos por algunas muertes, era y sigue siendo rotundo. Claro que era una época para elegir a pequeños matones: Citroën AX GT, Peugeot 205 GTI, Volkswagen Golf GTI o el Fiat Uno Turbo. Eran otros que si los tenías, eras la envidia.

Pero en las calles había más, mucho más. Cuando veías pasar un Renault Fuego, sabías que era un coche de vanguardia en diseño, atractivo como pocos. Se empezó a producir precisamente en 1980, y con ese nombre tenía que llamar la atención. Fuego. La versión más prestacional fue, obviamente, el Turbo, con un motor 1.6 litros y 132 caballos. Pero es difícil no caer en la tentación de nombrarlos a todos, en una época de mucha variedad estilística y algunos proyectos locos.

¿A quién no le gustaba el BMW Serie 3 con los faros redondos y una línea limpia? Hablamos de la segunda generación, la que fue de 1982 a 1994. Daba igual que fuese tres o cinco puertas. Era estilo y deportividad reunidas de forma magistral. Claro, el M3 con sus 200 caballos es la referencia en el recuerdo, pero cualquiera de ellos es todavía un coche deseable.

Eso, hablando de coches de calle más o menos asequibles. Porque obviamente hubo dos que marcaron los 80 cuando la década iba a cerrarse. Sí, el Porsche 959 y el Ferrari F40, surgidos casi a la vez, en 1986 y 1987. Era la batalla de los gigantes, y ambos tenían motivos para ser los preferidos de los adolescentes: la tecnología sublimada de los alemanes frente a la pureza de sensaciones de los italianos. Por estética, es casi imposible decantarse por uno de ellos. Fueron la referencia, y lo siguieron siendo mucho tiempo después. Eso sí, lo más probable es que únicamente los vieras en fotos y en los pósters de tu habitación, y sólo de mayor has podido comprobar lo eróticos que resultan en persona.

Deberíamos abandonar los 80 con otro coche de una belleza clásica, como es el Mercedes-Benz 190, enlace entre el antiguo estilo de la marca y el que vendría después. Desde 1982 a 1993 estuvo en producción y rozó los 1,9 millones de unidades producidas. Claro, siempre tendremos en la memoria el 2.5 16 Evo y sus 204 caballos, pero esa parrilla te hizo aprender a distinguir un Mercedes sólo con verlo.

Justo cuando el Mercedes acababa su producción, en 1992 apareció un coche de su mismo segmento que se distinguió por su estilo. Claro, hablamos de un Alfa Romeo 155, que llegó hasta 1998 y que fue sustituido por el exitoso 156. Agresivo, anguloso, y con el nervio que suele caracterizar a la marca, este coche hizo girar muchas cabezas, y eso pese a que compartía plataforma con el Fiat Tempra y el Lancia Dedra.

Poco después, un nuevo superdeportivo cambió la referencia. Era el mismo año 1992, y hasta 1998 se convirtió en el coche más rápido sobre el planeta. Sí, el McLaren F1 y su motor BMW V12 de 635 caballos, sus tres plazas y su diseño lo ascendieron al coche de los sueños aún hoy en día. Pasaría mucho tiempo hasta que alguien le arrebatase el cetro al coche que llamaron F1 porque era 40 veces mejor, según McLaren, que el Ferrari F40.

En las antípodas, pero igual de revolucionario, está el Smart, que empezó a producirse en 1998. El ForTwo cambió el modo de pensar en la movilidad urbana, y eso que no era el primer coche de reducidas dimensiones de la historia, pero el Smart, con Mercedes-Benz por detrás, era el futuro que hoy se ha convertido en presente. Pequeño, ligero, con bajo consumo. Luego llegarían muchas más versiones y tamaños, pero éste es un coche que ha marcado época, y que lo sigue haciendo.

Y ya que estamos, todos hemos soñado alguna vez con un descapotable. Y ahí, la referencia que surgió en 1989 pero explotó en éxito en los noventa, es el Mazda MX-5, que desde Japón trajo la herencia más pura de los roadster británicos y se convirtió en el líder indiscutible del segmento, pese a que le saliesen competidores. Eso sí, un gran olvidado en este segmento, y también de los 90, es el Fiat Barchetta, que apareció en 1995 y fue de inmediato un clásico atemporal. De acuerdo, no es tracción trasera como el Mazda, pero sus líneas son tan hermosas, que inmediatamente querías uno nada más verlo.

¿Cuántos coches más cabrían en este texto? Puedes decirnos cuáles de los 80 y 90, aunque sabemos que sería infinito, porque si algo tienen los coches es que de niño causan admiración, de adolescente atracción y de adulto la satisfacción de poder hacerlos tuyos. En realidad, muchos de los coches de nuestros sueños han estado fuera de nuestro alcance: o no podías adquirirlos en su momento, o cuando pudiste eran demasiado viejos. Quizás por eso el coche de tus sueños sea una renovación constante, y tengas que mirar a mañana para encontrarlo. Pero en el fondo, si naciste hace tres décadas, alguno de estos seguro que fue parte de tus deseos.