Maserati MC20 Cielo: Probamos el rival que Ferrari, Porsche y McLaren no esperaban

Hacía tiempo que no me lo pasaba tan bien con un coche, y eso que el recorrido era corto, en mojado y en los alrededores del Circuit de Catalunya, pero… ¡wow! Este Maserati MC20 Cielo engancha, y es que tiene todo lo de un supercar: chasis monocasco de fibra de carbono, un potente motor biturbo, tracción trasera, cambio secuencial… y por un precio que no es ninguna locura –hoy en día–. Al contrario, como empieces a equipar un deportivo premium, te puedes acercar bastante.

VÍDEO-PRUEBA MASERATI MC20 CIELO

Y es que hacía años que Maserati no se metía en 'territorio Ferrari', pero el aumento de precios de la casa del 'cavallino', lógico por su entrada en el mundo del hiperlujo, ha dejado un hueco suficiente para que Maserati lance un deportivo 'de verdad', por encima del Gran Turismo que es, eso, un 'gran turismo'. La marca del tridente lo ha hecho por dos motivos: primero, para reivindicarse como marca de altísima tecnología, y segundo, porque tiene ganas de volver a las carreras. Desde el MC12 de principios de siglo la marca no participa de forma activa en los campeonatos, y el MC20 lo está bordando.

Para quien tenga entre 200.000 y 300.000 euros para darse un capricho, el Maserati es completamente diferente a lo que ofrece la competencia: más técnico y más deportivo, pero con todo el confort de hoy en día que permite un 'uso diario' del coche. El monocasco es de fibra de carbono y lo fabrica ni más ni menos que Dallara, fabricante de los coches de la Indy car en Italia, pero, por ejemplo, McLaren también tiene esta tecnología, aunque en el Maserati parece más de carreras, quizá por su parabrisas curvado con limpia monobrazo, por una postura más cercana al suelo o por un diseño más espectacular. El frontal tiene la típica parrilla de la marca, pero es que todo el conjunto del coche suena a deportivo de muchas más ínfulas, cerrando la zaga con unos pilotos muy bonitos para ser un coche de este tipo.

No podemos dejar pasar la tapa del maletero; bajo el mismo hay un V6 biturbo, llamado 'Nettuno' –que es como debería llamarse este coche– y con 630 caballos de potencia, una barbaridad que se transfiere sólo a las ruedas traseras y sin ningún tipo de hibridación, por medio de una caja de ocho marchas y doble embrague. La velocidad máxima alcanza los 325 kilómetros/hora y acelera de 0 a 100 en 2,9 segundos, y si estuviéramos en el circuito de Le Mans, podríamos conseguirlo.

VAMOS A DIVERTIRNOS

Pero no vamos a poder hacerlo, así que nos ponemos a los mandos de la versión más 'lúdica', el cabrio, llamado Cielo, que para quedar bien con los amigos hay que pronunciarlo en italiano: 'chel-lo'. Tiene un techo retráctil automático de muy fácil uso, nada de tener que salir del coche o perder tiempo con ganchos: un menú rebuscadillo en la pantalla –sí, aquí hay pocos botones– y todo se pone en marcha para que el techo se sitúe bajo nuestras espaldas. Pero hay más: el techo es de cristal y lo podemos oscurecer con solo un botón, y otro detalle más: la luneta trasera se puede bajar de forma independiente para oír el rugido del motor. Aunque llueve un poco, lo descapotamos y nos sentimos un poco como en Le Mans, entre el rugido del motor, el limpia girando a toda máquina y nosotros dando a las levas del cambio, este coche se disfruta, aunque es algo muy serio, y lo llevamos en el modo de conducción 'wet' porque el asfalto, como dirían nuestros compañeros de F1, 'está para intermedios'… Hay varios modos más: Sport, Race y Corsa, donde podemos hasta quitar el control de estabilidad. No los probamos todos, pero sí aceleramos a fondo después de un peaje y… 'wow', este coche tiene todo lo que tenían los Ferrari que antes soñábamos con comprar, pero que ahora hay que ser mucho más rico para tenerlos. Vamos a hablar un poco más de lo importante: sube muy bien de vueltas, las levas del cambio son gigantes y da gusto usarlas y el coche gira con precisión de carreras, sintiendo bastante bien el asfalto y el 'grip' incluso con suelo mojado. Los asientos recogen que da gusto y, aunque no es amplio, tampoco es estrecho. Las puertas, por cierto, se abren hacia arriba, típicamente 'supercar'.

Volveremos al circuito de Montmeló y pensamos en qué alternativas hay para este coche: Porsche 911, BMW M8, AMG GT, Ferrari Roma o Portofino, McLaren, Lamborghini... todos tienen sus pros y sus contras, pero éste se sale de la norma habitual, no es igual a ninguno de ellos y se siente más de carreras y más alejado de un coche, digamos 'normal', adentrándose claramente en el territorio de los supercars por un precio más ajustado que aquéllos. A mí me encanta mi sonrisa y la cara de felicidad de los que se cruzan con este Maserati que, por cierto, tiene un maletero detrás del motor bastante utilizable para el 'día a día'. ¿El precio del cabrio? 300.000 euros, justo el límite que me he puesto para comprar un coche si gano la lotería, pero os aseguro que vale cada euro, y que no tenga hibridación, tracción total y otras complejidades empieza a parecerme una ventaja en este nivel de coche.