¿Hay peajes en el resto de Europa? Analizamos la situación de España en el continente

La posible imposición de nuevos peajes en las carreteras españolas a partir de 2024 hizo que se abriera un debate sobre si era la decisión más correcta. Finalmente, el Gobierno cambió el texto del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia y no será así, al menos de momento.

Aquella decisión inicial se tomó a partir de la liberalización de algunas de las autopistas de España a partir de 2018, cuando se empezaron a eliminar peajes en distintos tramos, una vez que se fueron acabando las concesiones a empresas privadas. El Gobierno de España y la Generalitat de Cataluña acordaron entonces asumir el coste de gestión y mantenimiento de esos tramos hasta el año 2024, para después iniciar un nuevo modelo de financiación, que ya se había pactado con la Unión Europea.

Y, por supuesto, eran los tan sonados peajes, que como ya sabemos no se pondrán en marcha tras el cambio en el texto, que ya se ha aprobado desde Bruselas y que permitirá de igual modo que nuestro país pueda optar a los fondos europeos.

Unas subvenciones que se necesitan para conservar nuestra carreteras, que tienen un déficit de conservación estimado en 10.000 millones de euros, según la Asociación Española de la Carretera.

Lo de pagar por utilizar las carreteras no era un idea nueva, sino que en otros países europeos también se hace, con distintos tipos de pago. En realidad, los únicos países que pertenecen a la Unión Europea y tienen una red de carreteras totalmente gratuitos son Letonia y Luxemburgo, aunque es cierto que en el continente son ocho los territorios que eximen de cualquier pago por el uso de su red viaria.

El resto, en mayor o menor medida disponen de un sistema de pago por tramos, como es el caso de España con varios kilómetros de la AP-7, la AP-9, la AP-68 o la AP-6, por citar algunas, en los que toca pagar si se quiere circular por los mismos.

En Europa, nos encontramos con territorios como Portugal, el país con más peajes de todo el continente. Este sistema de pago por uso de buena parte de la red de carreteras se puso en marcha a partir de 2010 y es un modelo similar al que se había acordado en nuestro país en el texto inicial y ya descartado, en el que también se estaba valorando una opción de tarifa plana anual o viñeta, como hacen otros países. Suiza, Austria, Hungría, Eslovaquia, República Checa y Bulgaria son algunos de los países que ofrecen este pago único anual.

Portugal cuenta con cámaras en los habituales pórticos que hacen una lectura de la matrícula y hacen el cobro automático a la cuenta del propietario del vehículo mediante la denominada viñeta.

Para los no residentes, el pago del importe se hace una vez que se quiere abandonar el tramo de peaje por el que se circula. En Polonia se utiliza un sistema similar.

Francia dispone de una red de carreteras que en su mayoría es de gestión privada, por lo que cruzar el país por vías que no sean carreteras nacionales resulta bastante costoso. Del total de carreteras, sólo el 1% son de pago pero resulta que estas son las principales y más utilizadas por lo conductores. Se paga por tipo de vehículo, su antigüedad y el tramo concreto que se atraviese.

En Italia el sistema es muy parecido al de nuestro país. Sólo hay que pagar por las autopistas. El precio, eso sí, lo controla el estado italiano desde 2018. El total de kilómetros de pago allí es de 7.000 kilómetros, frente a los apenas 2.000 kilómetros que quedan en España tras la desaparición del cobro en agosto de 2021 del tramo de la AP-2 entre Zaragoza y El Vendrell, así como de los trayectos de la AP-7 entre Tarragona y La Junquera y entre Montemeló y El Papiol.

En Alemania y Reino Unido sólo hay unos pocos tramos en los que hay que pagar por atravesarlos y principalmente son túneles o puentes, o para vehículos de gran tonelaje. Pero las principales carreteras son gratuitas, como pasa de igual modo en Bélgica, Dinamarca o Países Bajos.