¿Y el coche será de nuevo para los ricos?

27/10/2019 16:31

Recuerdo especialmente una en la que reivindicaban "el carril Lamborghini", porque si habían pagado tanto por un coche merecían al menos la atención de un carril libre de tráfico y restricciones. En el fondo, reivindicaban que "el coche es para los ricos" porque gente como ellos no podían usar el metro que olía a 'eau de sobac'.

Me ha venido de nuevo a la memoria el programa al leer la batería –no antiaérea, sino torpedo a la línea de flotación-–de medidas que están estudiando varias ciudades españolas para implantarlas más pronto que tarde y que sólo 'copian' las restricciones que otras grandes ciudades imponen a los vehículos particulares.

Desde hace ya meses, de forma puntual pero implacable, los medios de comunicación barceloneses vienen inculcando la idea de que el coche no es para la ciudad. A las restricciones al tráfico para los vehículos más contaminantes –los que no tienen etiqueta medioambiental los primeros y los que tienen etiqueta B no tardarán en seguirles– se unen otras medidas disuasorias: un alza en el precio de la zona azul y los parkings públicos –que lógicamente seguirán los privados– muy importante. Es más, el precio de la hora de aparcamiento variará en función de las emisiones del vehículo: a más 'sucio', mayor precio. Y un peaje por entrar en el centro de la ciudad –suponemos que los que vivan en el centro quedarán exentos– es algo que se vislumbra en el horizonte... como en Londres.

Todo ello aderezado por otros temas, como un impuesto de circulación en función de las emisiones o, lo que sería peor, una tasa específica sobre emisiones, independiente del impuesto de circulación. Y también una subida del impuesto sobre hidrocarburos, que aumentará el precio del gasoil y la gasolina.

Uno tiene la impresión de que la campaña de disuasión para el uso del automóvil está en marcha. Y lamentablemente avanza mucho más deprisa que la oferta de alternativas que permitan a los automovilistas pasarse a usuarios de los servicios públicos de transporte.

Por el momento las medidas se centran sobre los automóviles particulares, pero no cabe duda de que en breve afectarán, asimismo, a la distribución, sobre todo al de las compras por internet que se entregaran por mensajería.

Por supuesto, estas medidas tendrán un impacto importante en la industria de la automoción y, sobre todo, en el mercado de ocasión. Si usted quiere comprarse un coche, ya sea nuevo o de ocasión, tendrá que tener en cuenta este escenario de futuro próximo. Quizás buscar un vehículo más pequeño, de menos emisiones, se convierta en algo más importante que buscar el coche 'emocional', más grande, más impactante, de más prestaciones y superior imagen.

Espero que no lleguemos a lo que sucedía en determinadas ciudades japonesas o en otros lugares asiáticos. En unos, no se concedía matrícula si el propietario del coche no acreditaba poseer una plaza de parking vecina a su domicilio; en otros, había cupos para concesión de nuevas matrículas, pero como la demanda era superior a la oferta, se efectuaba una suerte de lotería para decidir quiénes serían los beneficiarios de las nuevas matrículas.

En cualquier caso, los gobernantes tienen la responsabilidad de introducir todas estas medidas de forma ordenada para no sembrar el caos en la industria del automóvil, y no me refiero sólo a los fabricantes, sino a todo lo que rodea el mundo del coche, la moto… y el transporte en general.

No, los coches no volverán a ser exclusiva de los ricos, porque la sociedad actual está basada en la movilidad y esto es algo que no se cambia ni en una década ni en dos. Pero sí que variará la forma de comprar o de elegir el automóvil y pondrá en valor los 'servicios de movilidad' que es un campo en el que todas las marcas están trabajando.