Y Alex Palou dijo: '¡Señores, abran paso!'

Una victoria importante, porque coloca a Alex en la batalla por el título cuando antes de Fuji pocos podían pensarlo. Había demostrado ser muy rápido, pero esa rapidez no se concretaba en resultados… hasta este domingo en Fuji. Y, lo que es mucho más importante, un triunfo que abre las puertas a una larga carrera deportiva.

La victoria de Palou me ha traído recuerdos de Pedro Martínez de la Rosa, cuando fue 'Nippon Ichi', cuando ganó la Súper Fórmula en 1997. Palou, por supuesto, no puede acordarse de aquella época, no la vivió…. Nació precisamente en 1997. ¡Curiosa coincidencia! Quizás para él el recuerdo del podio fue el de la Fórmula 3 japonesa, cuando también ganó en Fuji, un año en el que consiguió tres victorias en aquel campeonato.

Aquel campeonato de De la Rosa lo vivimos muy de cerca, porque Pedro era en esos momentos nuestra única baza para colocar un piloto en la Fórmula 1. Las World Series no habían nacido aún y nadie pensaba que, en 1999 –de eso hace sí 20 años– ya tendríamos a dos en el GP de Australia: a Pedro y a Marc Gené.

Muchos pilotos han seguido la vía japonesa en su ascenso a la Fórmula 1: Eddie Irvine, Ralf Schumacher, Heinz-Harald Frentzen, Mika Salo, Johnny Herbert o Marco Apicella lo consiguieron. Otros no, pero fue el punto clave para su carrera, como André Lotterer, Loic Duval o Benoît Tréluyer, por ejemplo, que han logrado éxitos en Resistencia.

No sé si Palou llegará a la Fórmula 1. ¡Por supuesto me gustaría! Lo que sí tengo claro es que su demostración no quedará olvidada: el mejor en los Libres 1 sobre seco, protagonista de los Libres 2 sobre seco, autor de la pole en agua, ganador de la carrera –también 'wet race'– dominando de principio a fin con vuelta rápida incluida y sin que nadie pudiera seguir su ritmo.

Son cosas que en Japón no se olvidan. Palou ha sentado las bases para una larga trayectoria profesional en Japón y también ha abierto las puertas para otros lugares. Alex ha dejado de ser una promesa, se ha hecho mayor, se ha graduado deportivamente hablando. Y quizás ahora no tendrá que llamar a muchas puertas pidiendo un volante –salvo para la Fórmula 1, que es otra historia– porque le serán ofrecidos. Está claro que se lo ha ganado.