Que Spa no forme parte del 'núcleo duro y fijo' del calendario de F1 debe ser una broma, ¿no?

Parece una broma de mal gusto, incluso una afrenta a la F1 y sus fans. No porque el régimen de rotación tenga su lógica, sino porque Spa es ‘la catedral del pilotaje’, el circuito que hace catedráticos a los pilotos.

No es un problema de historia o tradición, sino de dificultad, de escenario. Spa es un lugar donde se producen grandes carreras, donde se escriben grandes historias, donde, por lo general, se dan las mejores carreras de la temporada.

No sé si es broma o afrenta. Quizás sólo un tema financiero, de cuenta de resultados… sin tener en cuenta la opinión de los aficionados.

Me resulta del todo absurdo: cuatro carreras en los países del Golfo, en la península arábiga, y que Spa tenga que rotar. Que Hungría no tenga que rotar —al menos hasta después de 2030— y que Spa esté fuera.

Posiblemente el director financiero de Liberty lo aplauda. Quizás también los equipos, ya que algunos de los más fuertes tienen fondos de esos países como accionistas o accionistas de la ‘casa madre’.

Los circuitos europeos que no rotarán, al menos hasta 2031, son Madrid –2035, a partir de 2026–, Silverstone –2034–, Hungaroring –2032–, Monza –2031–, Mónaco –2031– y Red Bull Ring –2030–.

Spa deberá rotar. ¿Con quién? Barcelona está dispuesta a aceptarlo, mal menor. También Imola. Y está Bakú. Estamos hablando de circuitos que están en el calendario habitual. Pero Francia quisiera recuperar el GP. Turquía también se postula. Y para Liberty sería importante volver a Alemania.

Es una caja de Pandora que se ha abierto. Después de todo, finales de competiciones de fútbol de países europeos o partidos estelares se deslocalizan, por lo general, a países del Golfo. ‘Sportwashing’ en todas las disciplinas que pueden.

Es lo que hay. No sólo en la F1. Podríamos decir que responde, asimismo, al desplazamiento de la economía mundial, a la pérdida de competitividad de la Vieja Europa frente a Estados Unidos y Asia. En todo este aspecto, la F1 es simplemente una gota en el océano de la economía mundial.