Newgarden quiere ser Capitán América

Newgarden, que corre para el equipo de Roger Penske, es considerado como el piloto americano mejor preparado para intentar una aventura en la F1... aunque quizás no está muy interesado en ello.

En cualquier caso, la temporada se presenta bastante diferente a la del año pasado. Algunos equipos grandes han desestimado alinear un tercer coche, por el contrario han llegado ¡cuatro equipos, cuatro! Nuevos y eso es muy positivo para la categoría, de forma que son 24 los coches oficialmente inscritos para cumplir el Campeonato. También algunos ilustres veteranos, como Juan Pablo Montoya o Helio Castroneves, se han ‘jubilado’ del campeonato, si bien no se descarta que hagan un 'cameo' en las 500 Millas... Pero eso es otra cosa.

El cambio más importante este año está en la aerodinámica. Si bien todos los chasis son iguales, en 2015 se dio 'libertad' para que los ‘motoristas’ homologaran a sus equipos y clientes packs aerodinámicos específicos. El resultad fue claro: un aumento espectacular de la carga aerodinámica; ovales en los que no se tenía que levantar el pie en las curvas –Phoenix–, y disminución del espectáculo.

Indycar ha reaccionado rápido. Retorno a un coche 'estándar', con la misma aerodinámica para todos, con menor carga de la que ha disfrutado las últimas tres temporadas y coches sin esa proliferación de alerones y apéndices, de forma que ahora resultan más esbeltos. Eso sí, el chasis continúa siendo el Dallara DW12, aunque su aspecto exterior sea algo distinto del inicial y ello ha permitido mejorar la seguridad frente a los choques laterales.

Fueron Oriol Servià y Juan Pablo Montoya los primeros pilotos en 'desvirgar' este nuevo' coche. La Indycar no quería que ningún piloto de los que disputan el campeonato para este primer trabajo. “Es un mejor coche. Creo que será mucho más divertido tanto para los fans como para los pilotos”, dijo el piloto de Pals.

El nuevo coche ha puesto algunos problemas inesperados. Es más nervioso de atrás, requiere un set-up más preciso. Pero a la ventaja de un paso por curva más lento –debido al inferior apoyo aerodinámico– y sobre todo de generar menos turbulencias, lo que favorece el rebufo, dan pie a la esperanza de una gran temporada. Los equipos temen, sin embargo, a los sistemas de control que ha realizado Cosworth –electrónica y telemetría– ya que todavía no estaban a punto en el último test.

Newgarden sabe que no tendrá la vida fácil. Frente a él estarán Scott Dixon, Simon Pagenaud –campeón del 2016–, Takuma Sato, Alexander Rossi, Marco Andretti, Ryan Hunter-Reay, etc., que no se lo pondrán hada fácil. Eso sí, aunque la Indycar es la más internacional de las categorías USA, este año hay 8 pilotos americanos en liza. Un esfuerzo para recuperar el público de casa, que tras la victoria de Alexander Rossi en Indy 2016 y la de Newgarden en el Campeonato del año pasado, vuelve a interesante por la categoría y no sólo por las 500 Millas. Y es que en el fondo en Estados Unidos siempre desean tener su Capitán América.

Los equipos de Chip Ganassi y Roger Penske parten favoritos. Cinco títulos para el primero en los últimos nueve años, tres para el segundo; sólo Andretti logró romper la hegemonía.

De momento, la cita es en el Circuito Urbano de St. Petersburg, la primera cita de un calendario que contiene tres 'superovales', 3 óvalos cortos y 6 en ‘road circuits' –es decir circuitos permanentes–, y 5 en 'street circuits' o circuitos urbanos.

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