Murray T.50: auténtica joya sobre ruedas

Siento ya por ese coche la misma atracción irresistible que los incondicionales de Ferrari sienten cuando desde Maranello anuncian un futuro supercar exclusivo para dentro de un par de años y las unidades previstas se agotan en apenas 24 horas… si que queda alguna disponible –sospecho que hay clientes abonados que juegan con información preferente- en el momento del anuncio.

Y todo porque lleva la firma de Gordon Murray. Para mí, uno de los grandes ingenieros que ha tenido la Fórmula 1. Sólo colocaría a Colin Chapman por delante de este sudafricano que fue 'el maestro' de Adrian Newey, el domador del viento, que es fanático de las camisas hawaianas y que diseñaba sus Fórmula 1 con regla de cálculo y los auriculares puestos para oír la música de los Beatles.

Pero Murray es mucho más que un ingeniero de F1. Su McLaren F1 GT de 1992 es posiblemente el mejor GT 'matriculable' de la historia. Apto para uso cotidiano… y ganador absoluto de las 24 Horas de Le Mans. Un hombre que tras su paso por esa elevada tecnología ha sido capaz de diseñar el T20, un citycar revolucionario incluso por su forma de fabricación, o un camión lowcost que podía venderse en kit destinado a los países más necesitados.

Murray es fiel a su 'receta': triplaza, ultraligero, tamaño contenido, potente motor atmosférico, cambio manual en 'H', y líneas limpias sin los agresivos elementos aerodinámicos habituales en la mayor parte de 'supercar' e 'hypercar'… porque la 'downforce' viene dada por el ‘efecto suelo’, por el difusor, gracias a un ventilador de 40 centímetros de diámetro que asegura el flujo de aire necesario…. Como en aquel famoso Brabham BT46B de 1978, el Fórmula 1 del ventilador, que sólo corrió y ganó un GP antes de ser prohibido fulminantemente.

Por supuesto tiene un pequeño 'spoiler trasero', pero es retráctil y sólo se coloca en posición cuando es necesario. Murray ha seguido la 'escuela Chapman'. Las prestaciones no es un asunto de potencia, sino de peso. El modelo pesará menos de 1.000 kilos y, como contrapartida, se contentará con una potencia de 650 caballos, que podrían llegar a ser 700 con una toma de admisión adecuada y un sistema de admisión variable o dinámico.

El motor ha sido encargado a Cosworth. Un V12 atmosférico, de cilindrada reducida: sólo 3,98 litros, pero con mayor potencia específica que el Cosworth V12 de 6.5 litros y 1.000 caballos del Aston Valkyrie, con el que quizás tenga algún parentesco. Este Cosworth GM –lo de GM seguramente es por Gordon Murray– elegido por Murray ofrece 163 caballos/litro. La versión básica se contenta con 650 caballos y 450 Newton metro y puede llegar a girar a 12.100 revoluciones por minuto; todo un récord, porque ni el Mercedes One ni el Valkyrie alcanzan las 12.000 vueltas.

Tracción, posterior 'off course' y cambio manual de 6 velocidades con diferencial de deslizamiento limitado. Por supuesto, cumple funciones portantes. Está acoplado a una caja de cambios clásica, con embrague y mando en 'H', el de toda la vida. Nada de facilidad secuencial o de los cambios tipo DSG. El sistema de transmisión se debe a X-Trac.

También su tamaño es contenido. Con 4,38 metros de longitud por 1,85 de ancho, frente a los 2 metros que acostumbran a tener los 'hypercar'. Murray en esto mantiene fidelidad a su filosofía. "El F1 GT era rápido no por ser muy potente sino por ser ligero y de tamaño contenido".

Es incluso más pequeño que un Porsche 911. Esto y un chasis en nido de abeja que incorpora fibra de carbono y carrocería de fibra, permiten a este tres plazas de conducción central y asientos ‘declarados’ –el del conductor es el central y está adelantado con respecto a los otros dos– permite quedarse en 980 kilos de peso. Con una distribución del mismo muy cuidada.

"La posición central permite la máxima visibilidad, y la instrumentación analógica y los controles centrados ayudan a ofrecer una conducción intuitiva". Murray no ha querido hacer un 'hypercar', un coche de Le Mans 'steed legal', sino un Super GT, un automóvil de altas prestaciones y gran confort… que puede ser usado cada día.

Quizás puede derivarse una versión de pista como hizo en el caso del McLaren F1 GT. Pero esto se le antoja accesorio. De hecho, toma tanto la filosofía del F1 GT que uno duda si el verdadero sucesor de aquel coche mítico –cuya cotización en subasta no para de crecer– es el que ha anunciado McLaren o el que está construyendo ahora Murray. El propio Gordon alimenta la última tesis: "Imagine un McLaren GT hoy en día". Quizás por eso mantiene unas puertas que se abren en diedro. De hecho se basa mucho en aquel coche, que montaba un motor BMW V12 de 650 caballos pero 6,1 litros, al que se le han aplicado modernas tecnologías constructivas.

"Espero que sea el mejor supercar analógico que se haya construido nunca", anuncia Murray, quien deja muy claro que no le interesa "reivindicar récords de velocidad o aceleración de potencia sino ofrecer las más gratificantes sensaciones de conducción posibles".

El coche ha sido estudiado en Gordon Murray Design y será fabricado también por la nueva factoría que Gordon Murray Automotive han construido para ello. La producción estará limitada a 100 ejemplares que serán entregados a partir de 2022… ¡treinta años después del McLaren F1 GT! ¿Pura coincidencia!

Lástima querido Gordon que a su precio –no discuto lo valga– le sobren algunos ceros para que esté a mi alcance. Entre tanto, me contentaré con admirarlo…. y encargar una réplica 1/43 que, ésta sí, espero esté a mi alcance.