Lo de Newey y Aston Martin no fue un 'show', sino la escenificación de sus ambiciones

Estuvo a la altura de las presentaciones ‘pretemporada’ de los equipos, incluso por encima. Y, seguro, ha hecho correr más ‘ríos de tinta’, ha tenido más atención mediática que éstas o el anuncio de fichaje de un piloto top.

Y me sorprendió todavía más las cifras que se han barajado… para envidia de muchos pilotos, casi todos en la parrilla salvo tres o cuatro excepciones máximo.

Hablamos de 30 millones de euros de ficha, que es mucho, sin duda. Pero sobre todo hablamos de un 2,5% de acciones del equipo, lo que significa... ¡otros 50 millones! Si tenemos que creer la valoración que se le ha otorgado al equipo un día antes del ‘aterrizaje’ de Newey cuando se anunció que unos inversores habían adquirido entre el 20 y el 25% del equipo.

Inciso: no tengo claro si Stroll ha vendido parte de sus acciones o se trata de una ampliación de capital cubierta por estos nuevos socios. No es lo mismo: en el primer caso el dinero se lo embolsa Lawrence y en el otro va a la caja del equipo.

¡Nunca un ingeniero fue tan valorado! Entiendo a Stroll, quiere a Aston Martin ganador y el primer paso es coche ganador, aunque eso lleve un tiempo. Si el coche es ganador, no le faltará un gran piloto. La historia lo dice: los mejores coches y los mejores pilotos sienten entre sí una atracción irresistible, la de dos potentes electroimanes. Porque los pilotos quieren ganar y buscan la herramienta idónea para lograrlo.

Hasta la fecha, sólo otro ingeniero de F1 ha suscitado tanta pasión, por más que ha habido excelentes ingenieros que merecieran un reconocimiento a la altura. Quizás Ross Brawn y Gordon Murray se le acerquen. Nos referimos a Colin Chapman, pero en este caso había una diferencia, era también el propietario del equipo, del mítico Lotus.

La presentación de ayer no se entiende sin una frase que dijo Adrian Newey: "Lawrence es un propietario a la vieja usanza".  En otras palabras, tener un equipo ganador es su pasión, su ambición, su objetivo y está empeñado en invertir lo que haga falta.

Pero no se confundan. Ha sido avispado hombre de negocios. Puede invertir dinero, mucho dinero, pero nunca dirá "la casa es grande y no repara en gastos". La pasión puede ganar la partida al negocio, pero no será un nuevo Lord Hesketh o se parecerá a Vijay Mallya, a quien compró el equipo.

Lo de ayer, la presentación, no fue un show gratuito, sino toda una declaración de intenciones.