Imperia Abadal: El primer coche que ganó en Spa fue medio español

Spa y Montjüic son dos trazados míticos, diría que opuestos. Muy largo y rápido el primero, compuesto por carreteras; urbano, más corto y lento el barcelonés. Los dos han albergado Grandes Premios de Fórmula 1 y de motociclismo y los dos tienen un detalle en común: ideados por automovilistas, fueron los 'motards' los que lo inauguraron.

En Montjüic fueron los propios pilotos que, para cubrir una baja del Campeonato, montaron una prueba de motos el día de Navidad. En el caso de Spa, el Royal Automobile Club Belgium –RACB– organizó una reunión de motos y coches en 1921… pero mientras hubo 24 motos inscritas, sólo lo hizo un coche y la carrera de cuatro ruedas resultó anulada.

No fue hasta el año siguiente, 1922, cuando los coches hollaron por vez primera este trazado. Bastante similar a la versión larga empleada en los Grandes Premios de Bélgica hasta que Jackie Stewart, tras el GP de 1970, convenció a todos los pilotos de que el trazado de más de 14 kilómetros era peligroso –intentó boicotear la carrera–… pero sin Eau Rouge porque el circuito inicial tomaba el camino de la antigua aduana, que un día fue frontera con Alemania.

Spa-Francorchamps fue seleccionado porque el RACB buscaba un trazado, apto para carreras, para reemplazar el Circuito de Las Ardenas, casi 80 kilómetros, en el que se disputaron los primeros Grandes Premios del RACB. Otros señalan que fue el propietario del diario de Lieja, 'La Meuse', que quería recuperar el Gran Premio que organizaban antes de la I Guerra Mundial. Con el alcalde de Spa decidieron que el triángulo de carreteras que unían Spa, Malmedy y Stavelot era ideal para albergar la carrera.

Esa primera carrera automovilista real en Spa tuvo algo barcelonés. El ganador fue el Barón de Tornaco, al mando de un Imperia-Abadal. Imperia era una marca belga con bastante prestigio y Abadal un constructor barcelonés de coches, inspirados en los Hispano-Suiza, marca de la que había sido representante. La colaboración se inició en 1914 y continuó tras la I Guerra Mundial. 

Para esta prueba, la marca fabricó tres coches sport, con un motor seis cilindros de tres litros; un motor avanzado con árbol de levas en culata. El Barón Raymond de Tornaco, Ettiene Grua y Léon Derny fueron los pilotos.  

El del Barón Raymond de Tornaco ganó la prueba con total autoridad, con casi media hora de ventaja, a una velocidad media de 89 kilómetros/hora. Hay que decir que participaron 15 coches, fabricados en Bélgica y Francia; que las carreteras eran de tierra y no muy anchas y que la carrera fue contrarreloj; cada 30 minutos salía un coche para cubrir los 600 kilómetros estipulados.

Su hijo, Charles de Tornaco, miembro de una acaudalada familia belga, heredó la afición de su padre y llegó a correr en F1. Falleció en el GP de Módena de 1953.

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