Historias de competición: Renger van der Zande, piloto y asegurador

Pero, aparte de su rol de piloto, Renger regenta un negocio poco común en el mundo y también tan arriesgado como el de piloto: Pogona Insurance, de la que lleva la gestión.

¡Asegura coches de competición! Éste es su negocio. Y también se dedica a asegurar a los pilotos frente a los accidentes o a los organizadores con el seguro de responsabilidad civil.

Van der Zande conoce los riesgos, las pistas, los pilotos, los equipos.

No es un tema baladí. GruppeM ha decidido dejar el DTM porque los numerosos golpes no hacían más que incrementar los números rojos. M no pudo asegurar sus coches, tan elevadas eran las primas que se piden.

Otros equipos los aseguran, aunque la franquicia es siempre elevada y las primas no llegan a cubrir un siniestro total. Como máximo –por lo general– cubren daños hasta 200.000 euros y la franquicia suele estar entre 25.000 y 40.000 euros.  Todo depende de la competición, del piloto.

Siempre se trata de una evaluación de riesgos por parte del equipo y por parte de la aseguradora. Y por lo general, es más sencillo asegurar para todo un campeonato que hacerlo por una prueba determinada.

Es cierto, la compañía de Van der Zande no es única en este mundo de los seguros de competición. En Inglaterra y Estados Unidos está Hagerty, que asegura incluso coches para los ‘track days’, que extiende sus servicios a Hypercars  o Clásicos. Adrian Flux o Hakoon Classic están en Reino Unido. Gullwing es una compañía holandesa. En USA están Chizmark &Larson, KK Insurance, entre otras. Son una simple muestra de un mercado que es más amplio de lo que la gente imagina. En España también hay compañías, como GB&A y Cobian, entre otras.

A uno le viene a la memoria, siempre que se habla de ello, el caso de Tomas Bscher, piloto y vaquero. Hace muchos años, en un Europeo de GT, destrozó su McLaren F1 GTR y el control de pista, al ver los daños del mismo, le dijo: ‘¿Y qué harás ahora para seguir corriendo?’ El alemán lo miró casi incrédulo e hizo un gesto como si le sorprendiera la pregunta ante lo que para él era obvio: "Pues comprarme otro". También corrió con un prototipo BMW V12 en Le Mans (dos veces) o Sebring.

Bscher vivía en Munich y cada día viajaba a Frankfurt con un McLaren F1 de calle. A 200 kilómetros/hora le tomaba poco más o menos una hora estar en la Bolsa de Frankfurt, decían entonces. Más adelante fue director general de Bugatti.