El límite presupuestario, una medida de utilidad simbólica

Sobre el papel, si el límite presupuestario es de 160 millones de euros –es lo que valen a día de hoy 175 millones de dólares–, esto significaría que el presupuesto máximo total de los equipos sería de 1.600 millones de euros… ¡algo menos que la cantidad que hoy ingresan entre patrocinadores y socios!

Según publica Marc Limacher en su estudio anual Business Book, los equipos ingresan 1.228 millones de euros por patrocinio –aunque después, en algunos casos– haya impagados, como le pasa a Haas con Rich Energy–, mientras que la aportación de los socios es de 490 millones de euros… aunque este dinero, muchas veces, no figura en el presupuesto porque sencillamente es dinero que no pagas.

Y, por el contrario, hay otros 954 millones de dólares adicionales que provienen de los derechos de televisión, que sobre el papel serían beneficios… si el límite presupuestario fuera total.

Pero, ya se sabe, las estadísticas hay que manejarlas con cuidado. Si yo como un pollo y tú, nada, la estadística dice que tocamos a medio pollo por barba y así vemos que algunos equipos ingresan por patrocinio apenas 56 millones de euros frente a los 123 millones de euros que serían la media y otros equipos duplican la cifra.

–Cifras en millones de euros–  Fuente: Business Book

Si nos fijamos en el presupuesto total de los equipos, cuatro de ellos están por debajo del techo presupuestario, mientras otro lo sobrepasa por muy poco.

A nadie se le ocurre pensar que los grandes van reducir su presupuesto en un tercio. Por el contrario, parece complicado que los pequeños puedan alcanzar este techo.

En el fondo, nos reafirmamos en lo que dijimos en julio, cuando nos preguntamos si todo esto sería eficaz o pura cosmética y disimulo y ahora tememos que esto último –lo del maquillaje– se acerca mucho más a la realidad.

¿Dónde está la trampa?  En los gastos que quedan fuera del tope, del control presupuestario:

• Producción y desarrollo de los motores
• Los salarios de los pilotos, titulares, reservas y de desarrollo, así como sus gastos de viaje
• El salario de los tres principales directivos, así como sus gastos de viaje
• Bonus de los empleados, siempre que sean inferiores al 20% del salario y con un tope de diez millones de dólares
• Gastos de marketing
• Vuelos y hoteles del personal para competiciones y test
• Inscripción en el Mundial y pago de las superlicencias de los pilotos
• Honorarios pagados a Liberty Media y/o FIA al firmar el acuerdo de participación en el Campeonato
• Costes de la propiedad
• Actividades patrominiales
• Desarrollo de combustibles o aceites para uso de la unidad de potencia
• Costes financieros
• Actividades financieras
• Costes legales
• Tasas corporativas
• Multas financieras por infringir las regulaciones financieras
• Depreciaciones, amortizaciones, pérdidas por impagos y costos de auditorías
• Pérdidas o ganacias derivadas de los cambios de divisas
• Recursos humanos
• Coste de la seguridad social, con el tope del 15% de los salarios
• El costo de los empleados en periodo de 'gardening'
• Actividades fuera de la Fórmula 1

Según explica el especialista Christian Sylt en Forbes, el resultado es que las áreas no sometidas a control financiero por parte de la FIA representan un 58% del presupuesto de los equipos. Es decir, que hay unos 1.600 millones de euros de gasto 'no computable' y esta cifra varía notablemente de los equipos grandes –pilotos mejor pagados, más pilotos de desarrollo, etc– a los pequeños; así, en el caso de Mercedes, sólo con Lewis Hamilton y Valtteri Bottas podríamos estar hablado de más de 70 millones de euros… ¡un 40% del teórico límite presupuestario!

Sylt sostiene que este límite presupuestario no es nada nuevo. Hace una década se introdujo el RRA –Acuerdo de Restricción de Recursos–, que limitaba muchas cosas. Por ejemplo, el personal en los Grandes Premios… lo que hizo que apareciese el 'Garaje Virtual', el uso del túnel de viento, los test o los datos de computadora… pero reaccionaron con simuladores y otros muchos detalles. De esta forma, el famoso RRA no ha tenido influencia en los presupuestos.

En pocas palabras, la eficacia del límite presupuestario es más teórica que real. Los grandes quizás tengan que hacer algún sacrificio, aunque su pertenencia a grandes marcas les permite usar subterfugios al estilo de aquellos inversores que tiene su capital en paraísos fiscales.

Es cierto que la norma pone énfasis en el mayor control que tendrá la FIA para fiscalizar las cuentas y pueda imponer multas disuasorias por su cantidad… pero el hecho de que éstas no computen en el límite presupuestario puede hacer que más de uno caiga en la tentación de pagar la multa para obtener una ventaja en la pista. ¿Caro? Sin duda. Pero en la Fórmula 1 el precio, al menos en los grandes equipos, no importa.

En pocas palabras, pasa como con la declaración de renta que hacemos cada año. Sólo los ricos pueden permitirse artimañas desgravatorias. Los simpes asalariados no tenemos posibilidades de ocultar y muchas veces acabamos pagando proporcionalmente mucho más.