Cuestión de tiempo y tranquilidad, la receta de Montezemolo para Ferrari

"Binotto es uno de mis hombres. Muchas veces repito que necesita apoyo, que no puede dejársele solo", ha señalado Montezemolo al diario italiano Il Resto del Carlino. Con Louis C. Camilleri habla poco, muy poco, casi nada, y John Elkann tiene muchas otras preocupaciones –desde Fiat Chrysler Automobiles a la fusión con PSA pasando por otros intereses de la familia Agnelli, la Juve– además de Ferrari.

Montezemolo sabe cuál es el mal de Ferrari. Él ha estado en el equipo en la época de Niki Lauda y también con Alain Prost o Michael Schumacher. Su visión es amplia y experta.

"Sé muy bien que la F1 ha cambiado mucho. No es lo que era hace 20 años, ni siquiera hace diez años, pero hay una cosa que permanece inalterada: cuando un equipo tiene problemas, debe proteger a sus hombres a la vez que busca los refuerzos o elementos que le faltan en el exterior", una clara alusión a lo que sucede en Ferrari desde que se fue: los cambios al frente del equipo han sido constantes y no ya al frente del mismo, sino también respecto al personal técnico.

Montezemolo sabe el valor de la estabilidad. Él fue uno de los 'culpables' de la época dorada de Ferrari con Michael Schumacher. "Ferrari no era sólo Schumacher. De Jean Todt a Ross Brawn, pasando por Rory Byrne, Stefano Domenicali o Paolo Martinelli… ¡teníamos auténticos números uno en todas las áreas! Y a pesar de ello, sufrimos muchos años antes de poder celebrar los primeros títulos".

Posiblemente piensa que con Binotto y Charles Leclerc tienen la base para configurar un equipo. La llegada de Carlos Sainz puede ayudar más que la de un campeón a quien deben o pueden exigirse resultados de inmediato, pero también sabe que la presión sobre Binotto va a ser mucha y que algunos ya le han puesto fecha de caducidad. Pero las palabras de Luca no van a la prensa ni buscan convencer a los 'tifosi', sino que son, sobre todo, para Elkann y Camilleri.

Después de todo, coinciden con lo que dice Binotto, hace falta tiempo y tranquilidad… si es que ambos ingredientes tienen cabida en Ferrari. Y, sobre todo, actuar como un verdadero equipo, todos a una.