Aston Martin ya no habla de F1, pero abre la puerta a Le Mans

Es cierto que tanto Red Bull como la misma Aston Martin alimentaron la posibilidad por un tiempo. Que Aston Martin patrocinase el equipo Red Bull daba crédito al pábulo. Y la misma FIA lo corroboraba.

Las tres partes estaban interesadas. Red Bull para presionar a Renault, Aston Martin para ganar notoriedad y la FIA para presumir de que una gran marca estaba interesada en entrar como motorista a la Fórmula 1.

Aston Martin no ha participado en las reuniones de la comisión encargada de definir la normativa de motores para 2021, aunque su director ejecutivo ha verbalizado en varias ocasiones su interés por entrar si las reglas lo permitiesen.

Pero me parecía muy difícil pensar en un 'desembarco' de Aston Martin, porque la marca británica ha tenido que firmar un convenio con Mercedes para usar su tecnología y motores germanos en sus coches.

En otras palabras, no veía capaz a Aston Martin de afrontar la inversión económica necesaria para hacer un motor de Fórmula 1. Así de sencillo.

Pienso que la maniobra tenía un fin deportivo claro, al margen de las connotaciones de marketing. Red Bull quería tener 'oído directo' en las reuniones de la comisión de motores. Las decisiones de la misma podrían condicionar la decisión de los austríacos sobre si seguir con Renault o buscar en otros caladeros. Y la presencia de Aston Martin les permitía, además de oír, 'hablar'.

La apertura de negociaciones formales entre Red Bull y Honda me hace pensar que no estaba muy desencaminado. Los austríacos apuestan por los japoneses, más en clave 2021 que a corto plazo, aunque estarían dispuestos a hacer ya el cambio. Y lo hacen tras comprobar que el motor Honda, ya instalado en Toro Rosso, no va tan mal y tiene potencial. Seguro que en Red Bull han estudiado la telemetría y la han contrapuesto a la que poseen ellos de Renault.

Es cierto que aún no se ha firmado nada y que son conversaciones preliminares. Hubo una primera reunión en Bakú y habrá otra en Barcelona, a la que los representantes de Honda irán tras haber informado y recibido instrucciones de Tokyo. En Renault afirman que no pasa nada si pierden un cliente… siempre les queda McLaren.

La respuesta final la da Aston Martin. En ocasión de las 6 horas de Spa-Francorchamps, Aston Martin se ha sentado en la mesa de negociaciones… del WEC. Por los reglamentos que regirán Le Mans en 2020 o 2021. Y las carreras de resistencia parecen algo más acorde al legado de la firma británica.

Aston Martin está interesada en las nuevas reglas denominadas GTP. Coches prototipo, pero más cercanos a los de producción, un poco quizás al estilo de lo que fueron los GT1. En este sentido, el Valkyrie Pro que presentaron en el Salón de Ginebra puede ser una base excelente.

Tienen una cosa muy clara: la nueva categoría debe tener un coste asumible, no muy superior a los actuales GTE. Ni oír hablar de los LMP1. Los responsables de la marca no consideran que los LMP1 híbridos actuales sean asumibles, sino que creen que los prototipos de 2009-2011, cuando corrieron con un equipo oficial, ya eran demasiado costosos.

"No sé si participaremos o no. No podemos comprometernos antes de conocer y estudiar las reglas. Pero tenemos claro que la categoría reina de resistencia debe incluir coches que se parezcan más a los coches que vemos en las carreteras. Me encantaría ver a Ferrari, Porsche, McLaren o Ford compitiendo con estos coches en el escalón más alto de Le Mans", señaló David King, presidente de Aston Martin Racing. 

Habrá que ver si esta vía resulta más factible o si AMR marea la perdiz. Pero no me cabe duda de que la idea de King es "no hacerlo tan barato como para que cualquier kit-car pueda ganar, pero tampoco tan caro como para que sólo pueda hacerlo Toyota". Y estoy con él en que el problema es que "los grandes no quieren perder frente a los pequeños constructores y estos tampoco frente a los más pequeños".