Alonso y los títulos que le ganó a Schumacher

Los que hemos seguido a Fernando por paddocks durante muchos años, particularmente en los años de sus títulos, entendemos su afirmación perfectamente. Es algo que decía desde mucho antes de ser un bicampeón. Y porque, al menos a mi entender, valoró mucho más la corona de 2006 que la de 2005, aunque la primera siempre tenga un sabor muy especial.

Recuerdo las prisas que tenía Fernando al final de 2004 por llegar a ser campeón del mundo. Lo tenía muy claro desde los inicios de 2005, cuando se dio cuenta de que el nuevo Renault era un coche ganador –los franceses sacrificaron 2004 para preparar otro monoplaza, sobre todo para tener un nuevo motor en 2005 con el que substituir el frágil V10 ‘ancho’-. Quería "ganar el título con Michael en pista. El primer título sin Schumacher en pista no valdrá nada". En otras palabras, quería ser el hombre que ‘acabó’ con el Michael, con el dictatorial dominio del Kaiser.

Alonso quería ser campeón por derecho propio, por derecho de conquista, no lucir un título heredado. Por eso, aunque el título de 2005 era su primera corona y le clamaba de alegría –"ya soy del campeón del mundo. Y eso no me lo podrá sacar nadie mientras viva"- le quedó un cierto regusto amargo: Sí, Michael había estado en pista, pero no en la pelea.

Fernando entendía que Michael en 2005 no había estado en condiciones de defender sus opciones a una sexta corona. En realidad, el título lo peleó con Kimi Räikkonen. Aquel año el Ferrari, tras cinco títulos consecutivos de Michael y seis de la Scuderia en el caso de la corona de Constructores, no tuvo un buen coche, sino todo lo contrario: frágil y no muy competitivo.

La clasificación de 2005 habla por sí sola. Los 133 puntos del asturiano o los 112 de Kimi contrastaban con los 65 que sumó Michael, a pesar de que aún fue tercero en el Campeonato. Alonso y Räikkönen sumaron siete victorias cada uno y Michael, sólo una. Juan Pablo Montoya, pese a sus tres triunfos, quedó por detrás del alemán y la otra victoria se la adjudicó Giancarlo Fisichella.

El título de Fernando en 2005 no sorprendió ni siquiera al propio Michael. Ya en marzo, tras las primeras carreras, el Kaiser lo tuvo claro: "Ni McLaren, ni Williams. A quien hay que vigilar es a Alonso". Y también por aquellas tempranas fechas del Mundial, Bernie Ecclestone lo tuvo muy claro: "Será campeón del mundo. Es la alternativa a Schumacher". 

Su descubridor y lanzador al estrellato, Adrián Campos, en un billete de opinión en Mundo Deportivo, escribió muy claramente: "Yo siempre he dicho que la grandeza de Fernando radica en que si le das un coche con el que pueda optar a los puntos, él lo llevará al podio. Si le das un coche capaz de hacer podios, él te ganará alguna carrera, y si le das un coche capaz de ganar una carrera, él luchará por el Mundial".

Por eso a Fernando le supo a gloria la pelea de 2006 con Michael. De tú a tú. Incluso con un coche ligeramente inferior al Ferrari del alemán, especialmente en la segunda parte del campeonato.

Fue una pelea durísima, en la que Alonso ganó un poco a contracorriente. Se decía en la Fórmula 1 que el título se jugaba en la segunda parte del campeonato, que en la primera se acumulaban puntos y se mejoraba el coche y que en la segunda se remataba la faena. Pero el asturiano basó su corona precisamente en lo contrario, en la acumulación de victorias y podios en los inicios de temporada. Seis victorias y tres segundos puestos en la primera mitad de la temporada, lo que obligó a Schumacher a ir remontando. Los abandonos de Fernando en Hungría e Italia dieron alas a Schumacher, pero el abandono en Japón del alemán, cuando era líder, fue decisivo. Y en Brasil, las cosas fueron favorables a Fernando desde el inicio. Michael salía retrasado y además pinchó en la vuelta 10; remontó de forma espectacular, pero sólo llegó cuarto mientras que Fernando se conformaba con ser segundo tras Felipe Massa.

En cualquier caso, siete victorias para cada uno de ellos y dos abandonos. Una lucha muy igualada que sólo se resolvió en Brasil, la última carrera, en la que Fernando le mantuvo a raya, aunque ambos debieron ver como Felipe Massa estaba en lo más alto del podio.

Alonso ganó la corona en una pelea cara a cara, en un duelo de pistoleros. Y Michael anunció que se retiraba. Dijo entonces que tomaba su decisión porque no quería perjudicar a Felipe Massa, su fiel escudero de los últimos años, ya que Ferrari acababa de fichar a Kimi Räikkönen.

Fernando no sólo lo había derrotado. También lo había 'jubilado'. Quizás era mucho más de lo que esperaba. 

Antes de ese decisivo GP de Brasil, Schumacher y Fernando se estrecharon las manos. Ganara quien ganara sabían que su duelo les había hecho grandes a ambos… Bueno, especialmente a Fernando.

"Siempre dije que ser campeón con Michael en pista tenía más valor que serlo con Michael retirado. ¡Yo lo he logrado dos veces!", dijo Fernando aquella noche en Brasil, mientras saboreaba su segunda corona… con un cierto contraste: la alegría del segundo título, de haber ganado su duelo personal con Michael… y también la nostalgia de un adiós a Renault. Fernando había acordado con Ron Dennis en el podio del GP de Brasil del año anterior, 2005, que en 2007 pasaría a McLaren.

Quizás ahora entiendan un poco mejor sus palabras previas a esta GP de Italia en Monza.