7 días para los test: "Las órdenes de equipo se pagarán con cárcel", amenazó el fiscal

Interlagos era la casa de Felipe Massa, que estaba descolgado, en sexta posición y demasiado lejos de los cinco primeros; todo lo más que podía aspirar era a alcanzar a Button. 

En la rueda de prensa oficial el tema de las órdenes de equipo no podía faltar. Para Mark Webber, en Red Bull no las habría… o, al menos, no a su favor, pese a que el equipo había dicho que no daría ninguna orden.

“Los riesgos aumentan si los dos pilotos del equipo luchan entre sí, pero la decisión no será mía, sino que hay que preguntar a las personas que manejan el equipo”, dijo Webber, para soltar después lo que se consideró una perla, que Vettel era el favorito de Red Bull. “Es algo obvio. Cuando un joven llega al equipo aflora un factor emocional, Es así como funciona”.

Para Ferrari, el problema de las órdenes de equipo era de otra índole. Estaban en Brasil, estaban en casa de Felipe y sacrificar al ídolo local podría acarrear problemas. Massa no había correr en Brasil en 2009, todavía convaleciente de su accidente en Hungría e incluso no se estaba totalmente seguro de que volvería a correr. La última vez que corrió en Interlagos fue en 2008, cuando obtuvo una victoria pírrica. Ganó la carrera, por segundos ‘la torcida’, los suyos, le aplaudieron como campeón para sufrir la tremenda desilusión de ver a Lewis Hamilton superar a Timo Glock, ya sin gomas, en los últimos metros y arrebatarle la corona.

Pero Massa, que el año anterior había sufrido su gravísimo accidente en Hungría, que no le permitió correr en Brasil, la cosa estaba clara. Había sido muchos años piloto de Ferrari, escudero de Michael Schumacher, así que sabía lo que tenía que hacer. Era no sólo algo profesional, sino que posiblemente tenía mucho de agradecimiento que pese a las incógnitas físicas y neurológicas a finales de 2009 le hubiera mantenido en el equipo y ofrecido a Kimi Raikkonen, el último campeón del mundo con Ferrari, unas vacaciones pagadas para dejar su lugar a Fernando Alonso.

“Si puedo ayudar a Fernando, lo haré. Ya lo hice en 2007 con Kimi, ¿no son acordáis? Soy piloto profesional”, dijo Felipe.

No fue la afición brasileña el peligro, sino que la amenaza fue del fiscal de la Corte de Sao Paulo, Pablo Castilho. Una amenaza a Felipe, Fernando y Ferrari de forma particular, aunque también podría extenderse a otros casos.

Castilho advirtió que en Brasil había entrado en vigor el 28 de julio, hacía menos de cinco meses, el ‘Código do Torcedor’, el código del apostante. La ley fue votada para prevenir los problemas de las apuestas en el fútbol brasileño, pero se aplicaba a todo. 

“Una orden en Ferrari o cualquier otro equipo podría hacer que cayera sobre ellos el peso de la ley”, dijo Castilho. Y las penas eran altas, hasta seis años de prisión.

Claro que en un equipo hay muchas formas de ejecutar una orden sin ni siquiera darle. El momento elegido para parar en boxes, una parada lenta, etc.
Pero no hizo falta, Los Red Bull dominaron con Vettel delante de Webber, como había casi profetizado el australiano y Alonso sólo tercero, con Massa siempre en posiciones bastante más atrasadas.