24 Horas Le Mans: 40 años de la victoria de Renault

Renault Sports nació a finales de 1975. Por entonces, Renault tenía dos brazos deportivos: Alpine Renault, que se ocupaba de los chasis, y Renault Gordini, que hacía los motores.  

Es cierto que ambas empresas, Alpine y Gordini, antes de ser absorbidas por Renault, colaboraban abiertamente bajo el paraguas del Rombo. Los Alpine con motor Renautl Gordini, eran numerosos y habituales en Le Mans; generalmente con motores de baja cilindrada –de 1.0 a 1.3 litros– buscando la victoria al índice de prestaciones –una clasificación que tenía en cuenta tanto la distancia recorrida como el consumo de combustible–.

En 1975, Alpine-Renault decidió interesarse de nuevo por la resistencia. Los éxitos de 1974 en el campeonato europeo de 2 litros les llevaron a pensar que el motor V6 de dos litros equipado con un turbo podría ser una magnífica base para resistencia.

El motor fue instalado en el mismo chasis del Sport 2 Litros, el A441 y así debutaron en los 1.000 km de Monza donde ganaron con Larousse-Jabouille. Cuando el nuevo chasis A442 estuvo listo, Renault se vio dominada por los Porsche y Alfa Romeo, en parte porque los problemas de fiabilidad debidos a la ‘desconexión’ entre Alpine y Renault Gordini.

Renault decidió poner orden. A finales de 1975 fundó Renault Sports y los departamentos de Alpine y Gordini fueron absorbidos en un intento que fue muy difícil porque la cultura de ambos departamentos seguía y estaban considerablemente distanciados, Alpine en Dieppe y Gordini en París.

A Le Mans del 76 se llegó muy justo. La única experiencia en Le Mans era la del año anterior cuando el equipo Elf-Switzerland alineó un Alpine A441 de 2 litros para Mari Claude Beaumont, excelente piloto francesa de rallies y hoy en día fotógrafo de F1, y Lella Lombardi, la única mujer que había conseguido puntuar en F1 y que aún hoy es la única.

El debut en Le Mans con un sólo coche fue interesante: Pole y liderazgo durante las primeras diez vueltas, amén del récord de vuelta pero un abandono en la novena hora.

Pero Renault, sin abandonar la Resistecia, decidió, además, interesarse por la F1, categoría en la que entró a mitad de 1977, justo después del fracaso en las 24 H. de Le Mans. Los nuevos A442 rompieron motor pese a haber mandado la carrera y dominado los entrenamientos.

Para 1978, la dirección de Renault parecía tener prisa por ganar Le Mans y abandonar la Resistencia en provecho exclusivo de la F1, pero no quería dejar Le Mans sin un éxito sonado, es decir, la victoria. La preparación fue minuciosa: tres sesiones de larga duración en Paul Ricard, ensayos en autopista –cerrada al tráfico– para simular Les Hunaudieres, e incluso test en un aeoropuerto. El motor de 2 litros fue pasado a 2,2 y se ganaron 20 caballos.

Renault se presenta con una gran armanada. Un nuevo A443, un A442 B con una cúpula aerodinámica que permitía ganar 10 kilómetros/hora de punta en la recta, dos A442 normales y dos Mirage americanos a los que se les había dado el motor, un premio a que en 1977 un Mirage-Renault había sido segundo.

La ayuda de Mirage fue inestimable. El grupo motopropulsor tenía un problema con el piñón de sexta velocidad y Mirage les ayudó a poder probar en un pista de pruebas, un anillo de alta velocidad, donde poder mantener 350 kilómetros/hora. Y por si fuera poco, se creó un banco de pruebas de motores donde se podía reproducir las exigencias de Le Mans, cambio de marchas incluido; entonces esto era una novedad.

La carrera fue un duelo Porsche-Renault. La clasificación iba cambiando a tenor de los problemas de unos y otros y resultó masacrante. Y al final, el Alpine A442 B, pese a que resultaba agotador de conducir porque la cúpula mantenía el habitáculo muy caliente y hacía demasiado calor, se impuso.

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