23 días para los test: El día que Max Mosley propuso rotación de pilotos para la F1

Entre éstas hubo una que soliviantó mucho a los mejores pilotos y a los grandes equipos, pero que quizás, en el fondo, hubiera satisfecho a los equipos más pequeños y sus pilotos y desde luego, hubiera sido considerada anatema por parte de los patrocinadores.

Para que hubiera ‘igualdad’ entre los pilotos, que no dependieran tanto de su ‘máquina’, Mosley propuso simple y llanamente una ‘rotación’ entre los pilotos, de forma que cada piloto pilotase al menos una vez para cada equipo.

Mosley saltó con esa ‘propuesta’ cuando le preguntaron qué podría hacer la FIA para impedir que los resultados de un piloto dependieran en exceso de la máquina.

Fue lo que en Catalunya llamamos un ‘acudit’, una forma de no responder, salir por peteneras, porque en el fondo la pregunta no puede tener respuesta.

Pero no era una ocurrencia del momento. En octubre de 2002 envió una carta a los equipos en las que esta posibilidad estaba reflejada. Era una carta en la que proponía ciertas medidas para intentar rebajar el coste de la competición. Una lista de propuestas en las que había algunas serias y otras casi absurdas o casi imposibles. Posiblemente éstas estaban destinadas a ser moneda de cambio: las descarto y tú descartas…

¿Te imaginas a Max [Verstappen, obviamente] debiendo pilotar un Haas? ¿A Ferrari no dando información a Lewis que podría llevarse a Mercedes? ¿Al riesgo [supuesto pero improbable] de que Logan Sargent sacara mayor partido del McLaren que Lando Norris? ¿Y si Max con el Williams humillase a los Red Bull? ¿Que sucedería si el día que te toca un buen equipo… es precisamente en el circuito que peor le va a ese coche?

Ningún equipo, obviamente, tiene la menor intención de prescindir de su estrella. Ninguna estrella quiere bajarse del coche ganador para pilotar uno de segunda división. Todo esto sin considerar la ficha de las estrellas o lo que pagan los patrocinadores por la visibilidad en equipo grande.

Pero a buen seguro más de un fan de un piloto sostiene "si a mi piloto le dieran el coche de Max, también ganaría".

Volviendo a la idea. Había discrepancias –las discusiones bizantinas siempre han sido un sello de identidad de la F1– sobre cómo hacerlo. En el caso actual, con 10 equipos, 20 coches, habría dos posibilidades. Si un piloto debía correr 9 Grandes Premios en otro equipo y los restantes con el suyo, o bien si había 20 coches en la parrilla, debían hacerse 20 Grandes Premios para la rotación continua.

Alguno de mis amigos italianos aún ríe con la propuesta, sobre todo cuando oyen la palabra rotación o rotar. No es para menos: ‘rottame’ en italiano significa chatarra. Y desde luego, una propuesta de este tipo hubiera sido ‘achatarrar’ la F1.

Lo cierto es que desde entonces la competitividad del coche ha ido incrementando valor e importancia sobre la del piloto. Pero es ley de vida: se quiera o no, la F1 es un deporte de equipo, aunque sólo dos hombres ‘salten a la cancha’.