Mi opinión sobre el fichaje de Alonso por Aston Martin

21 años de periplo. La verdad es que, más que momentos verdes, en los últimos 16 años hemos vivido momentos grises y desoladores. No por Fernando, porque creo que siempre ha estado progresando y mejorando como piloto, pero me da la sensación que siempre ha estado en el lugar inadecuado en el momento inoportuno y no sé si es el momento adecuado de fichar por Aston Martin.

Hemos vivido la guerra de McLaren en 2007, ese año terrible que hizo que Fernando se viera obligado a marcharse porque la situación era desesperante. Luego la travesía por el desierto en la segunda etapa con Renault, en 2008 y 2009. El sueño de Ferrari, que comenzó bien, pero se fue torciendo y que no llegó a nada. La pesadilla de la segunda etapa de McLaren, que yo borraría porque fue terrible. El retorno a Renault y su conversión a Alpine, con el nacimiento y la muerte de El Plan, y el enrarecimiento dentro del equipo en los últimos meses. Y ahora Aston Martin.

Aston Martin no es donde yo llevaría a Fernando Alonso si dependiese de mí, pero no depende de mí, yo no tomo las decisiones y tampoco hay muchas opciones ahora mismo en la Fórmula 1. Estoy convencido de que, si él pudiera elegir, no sería ni su primera, ni su segunda, ni su tercera, ni su cuarta ni su quinta opción.

El problema es que esas otras opciones están cerradas y no hay hueco, con lo que la alternativa era seguir en Alpine, donde ha habido algunos roces y actitudes por parte del equipo, especialmente de su consejero delegado Laurent Rossi, que no han sido respetuosas con Fernando. Le han puesto al mismo nivel que Esteban Ocon y Oscar Piastri, y a un bicampeón, a un piloto que ha demostrado lo que ha demostrado en los últimos años, no se le debe tratar así.

Aston Martin no es el lugar donde yo iría y creo que tampoco es donde iría Fernando, pero dentro de las opciones que hay es la decisión que ha tomado. Es un equipo que está haciendo una gran inversión económica, con una remodelación intensísima de su fábrica de Silverstone, la construcción de un nuevo túnel de viento… Es un equipo que tiene la intención clara y manifiesta de ser grande en el futuro, pero que hoy en día es el noveno equipo de la parrilla.

Eso es algo que preocupaba a Fernando, a la hora de decidirse. Saber que están tan atrás. ¿Es cuestión de tiempo? Quizá sí… pero, ¿cuánto? En la Fórmula 1 no hay milagros y no pasas de la novena a la tercera posición en un solo año. No pasas de noveno a segundo en dos temporadas ni pasas de noveno a primero en tres años. Yo al menos no lo he visto.

¿Cuánto tiempo le queda a Fernando? Ahora está en forma y tiene muchas ganas. Le vemos conducir y no se nota que tenga 41 años, pero él mismo es consciente de que su carrera deportiva se está acabando. Él sabía que apostar por Aston Martin era arriesgado, porque incluso aunque todo vaya bien es posible que para cuando el equipo sea realmente rápido él ya no esté en condiciones de ser piloto de la escudería. O quizás sí, quién sabe.

¿Qué gana Fernando con esto? Para empezar, una buena oferta económica, ser líder del desarrollo de este nuevo proyecto y, para mí lo que es más importante, poder ser él quien elige su destino. Ser él quien toma la decisión. Las alternativas eran pocas: quedarse en Alpine, esperar una carambola si Ricciardo no sigue en McLaren o ir a Aston Martin. Dentro de lo que había, al menos ha sido Fernando quien ha decidido. Es él quien se va de Alpine, quien dice ‘me voy’, y eso es lo que me alegra más de todo el caso.

También debo decir que, aunque no sé cuál será el futuro de Aston Martin, tampoco sé cuál será el futuro de Alpine. Hoy en día están mejor, pero es un equipo en el que se aprecia menos movimiento que en Aston. No tiene una intención tan grande de progresar como sí existe en Aston. Alpine está en tierra de nadie y hay la sensación de que alguna gente podría acabar pasándole por delante.

No digo que cambiar ahora de equipo sea bueno ni malo. Creo que hoy por hoy en Alpine hay más opciones de ganar alguna carrera o de hacer un podio, pero tampoco estamos aquí para obtener un resultado puntual. Estamos aquí para conseguir cosas importantes, por aquello con lo que todos soñamos cuando se hizo viral lo de El Plan: el tercer Mundial. Y quizá lo que más me fastidia del anuncio de hoy es que yo eso lo veo tremendamente difícil.

¿Qué pierde Fernando con esto? El hecho de dejar Alpine no le hace perder gran cosa. Seguramente en Aston Martin le cuidarán mucho mejor. Lo que pierde ya lo había perdido de todos modos: la opción de ir a un equipo más competitivo con el que poder luchar.

El gran promotor de su fichaje por Aston Martin ha sido Martin Whitmarsh, que en su momento trabajó en McLaren y coincidió con Fernando en 2007. Ahora Whitmarsh es un peso pesado del equipo Aston Martin y tiene claro que, para que crezca el proyecto, tienen que hacerlo con un tipo como Alonso.

¿Cómo lo ha visto Lawrence Stroll? Lawrence es un tipo complicado y es una persona con la que Fernando podría tener roces en el futuro, como ha ocurrido con Laurent Rossi. Pero Lawrence no es tonto y sabe que Fernando es un activo. Lo que ahora le da más miedo es que Fernando pueda acaba con la carrera de su hijo Lance, porque no es lo mismo tener a Sebastian Vettel en el garaje de al lado que tener al Bicho.

Este fichaje se ha estado gestando en los últimos tiempos y lo que más retraía a Fernando es que ahora mismo Aston Martin es el noveno equipo. El rendimiento del equipo es muy malo, pero quizá le han convencido con las promesas de lo que pueden llegar a ser con todo lo que están invirtiendo y la ilusión que tienen por tirar adelante.

No voy a camuflarlo ni decir que Aston Martin es el lugar donde hay que ir. Yo no hubiera escogido ese equipo, si pudiera escoger entre todas las escuderías. Pero Aston es lo que hay. No hay muchas más opciones. Puestos a estar más o menos donde siempre, a lo mejor Fernando puede ayudar a hacer crecer este proyecto e igual algún día este equipo es grande gracias a lo que hizo un asturiano que en su día fue bicampeón del mundo, y que desde que lo fue no ha estado nunca en el lugar en el que le correspondería estar.