Busca el respeto, no la atención. Dura más

04/07/2022 18:55

Sin querer caer en excesivo optimismo ni vender humo alguno –como otros– poniendo a Carlo Sainz como candidato al título, he de decir que lo mejor de su primera victoria no fue el escenario, que también. Tampoco el equipo con el que la ha logrado –¡"Hereje!", me dirá algún lector–. Lo mejor fue cómo la logró, que sorprendió hasta al que esto escribe.

Confieso ser uno de tantos que no daba un duro por que el piloto español lograse conservar la primera posición al apagarse el semáforo y, en la primera salida, así fue, aunque no en la segunda tras el accidente de Guanyu Zhou. Primer obstáculo superado, pero vendrían más.

Tuvo que rehacerse de un error de conducción que le llevó a pisar ligeramente la grava, momento que aprovechó Max Verstappen para adelantarle. Lo hizo gracias a que el piloto de Red Bull empezó a ir lento por problemas en su monoplaza. El madrileño estuvo atento y recuperó la primera posición, pero nos quedaremos con la duda de si hubiese logrado recuperar dicha posición de no haber tenido esa suerte.

Vueltas más tarde, Charles Leclerc parecía tener más ritmo y así lo reclamaba por radio. Quería que le dejasen pasar, pero el ritmo de Leclerc tenía truco, el truco del DRS que disfrutaba, no sabemos bien si porque su compañero de equipo le estaba echando una mano para evitar que el monegasco se las tuviese que ver con Lewis Hamilton a solas, o porque Sainz simplemente no era capaz de tener más ritmo. Esto llevó a que desde el muro se les ordenase intercambiar posiciones, lo que probó vueltas después que el ritmo de Leclerc sin la ventaja del DRS no era tan... bueno.

En mi opinión, si algo fue clave en su victoria fue dejar clara su posición por radio al muro de Ferrari cuando estos, tras el problema de Estebam Ocon, ya en la relanzada tras la salida del Safety Car, le pidieron al madrileño que dejara diez coches de distancia con su compañero para que este pudiese 'respirar'.

Sainz había aprovechado la situación de Safety Car para montar neumáticos blandos, mucho más nuevos y rápidos que los medios usados de Leclerc, que no pasó por boxes, ya que de haberlo hecho, seguramente hubiese perdido la posición con su compañero y quizá con Hamilton.

Carlos sabía que lo que le pedían desde el muro no tenía ni pies ni cabeza, me atrevo a decir más, cualquier aficionado de sofá –con los que me identifico totalmente– se dio cuenta de eso enseguida y de que la única finalidad de tal orden era dejarle la victoria en bandeja a Leclerc y hacer de cebo vivo a un Hamilton que también venia con blandos y que cuyo muro no creo que pensase en dejar a su vez diez coches de ventaja a Sainz.

El piloto español sabía –y repito, cualquier aficionado de sofá también– que esa diferencia de compuestos jugaba a su favor, aunque dejase diez coches de distancia a su compañero, al que probablemente llegaría a alcanzar y adelantar en unas pocas vueltas dada esa ventaja con los neumáticos. Pero, sobre todo, Sainz sabía que obedecer esa orden le dejaría al alcance de un depredador, especialmente hambriento este año ante la falta de resultados como lo es Lewis Hamilton.

Primero tendría que defenderse de él y después ir a por Leclerc si lograba despegarse del piloto de Mercedes, lo cual dejaba a priori en bandeja la victoria al piloto del Ferrari número 16.

Así que, Carlos Sainz Vázquez de Castro puso lo que había que poner encima de la mesa –creo que sabrán a qué expresión, hoy día políticamente incorrecta, me refiero– y soltó esto por radio:

"Chicos, estoy presionado por Hamilton. Por favor, no pidáis estas cosas. Paremos de inventar. Paremos de inventar. Yo estoy presionado también".

Traducción literal de 'Stop Inventing', en inglés, lo que en castellano antiguo viene a ser un … ¿Pero que coj... me estás contando ? Anda... tira.

¡Y bien que hizo! Que todos hemos sufrido las estrategias de Ferrari en el pasado y esta me da en la nariz que hubiese logrado que Hamilton hubiese ganado por enésima vez en su casa.

Sainz, a la chita callando, ha hecho su trabajo estos años, sin aspavientos, sin una palabra más alta que la otra, con respeto y ganándose el respeto de todos –había un mecánico de Mclaren en el muro saludándole tras la bandera a cuadros–, pero en la primera ocasión que ha tenido que plantarse y poner en su lugar a su equipo y dejar claro que no está ahí para ser un Barrichello, lo ha hecho y que diantre, ¡Que ganas tenía de escucharle algo así por radio! ¡Bien por él!

Saludos.

Javi C.