Alex Palou: el accidente de la Indy500 y las victorias de Detroit y Road America

Estoy muy orgulloso de cómo hemos trabajado todos estos meses, porque hemos sido competitivos desde el principio. La única excepción fue St Petersburg, la carrera inaugural, pero ya en Long Beach vimos que estábamos arriba. E incluso con el accidente que tuvimos, luego remontamos de decimoquintos a quintos. A partir de ahí, todo ha sido buenísimo: la victoria en el GP de Indianápolis, luego Detroit y finalmente Road America. Y está claro que la Indy500 podría haber terminado de una forma muy distinta porque se nos escapó de las manos, pero también podría haber sido peor y, aún con el accidente, remontamos de las últimas posiciones hasta terminar cuartos. Así que cabeza alta.

Detroit fue muy especial, porque eran mi primera pole y mi primera victoria en un circuito urbano. Esa pista es muy complicada por ratonera y bacheada, y estar ahí delante en todo momento, gestionando y haciendo la carrera que quería hacer, me ha dado mucha confianza para el futuro. Road America fue otra historia. Estaba muy igualado y encima tuve un accidente en los Libres 2 que nos complicó la preparación, pero a la hora de la verdad hicimos funcionar bien el coche y adelanté a Colton Herta en las últimas vueltas para ganar.

Sería un error quedarse con los 74 puntos de ventaja en el Campeonato y pensar que somos muy superiores al resto. No creo que eso sea verdad, sino que lo que pasa es que hemos sabido sufrir, acabar las carreras y maximizar el resultado en cada una de ellas. Eso no lo pudimos hacer el año pasado, por ejemplo, y es crucial porque en una competición tan disputada como la IndyCar es vital que sumes puntos incluso en tus peores días. Y luego, por alguna extraña razón, cuando las cosas te van bien se genera un efecto bola de nieve y todo te sale a tu favor. Es importante aprovechar esa inercia al máximo y tener presente que viviremos momentos difíciles en las ocho carreras que todavía quedan.

Por suerte, este verano no será como el del año pasado, cuando estuve bajo mucha presión por todo lo que ocurrió en los juzgados. Tengo contrato hasta final de temporada y sé que hay rumores, pero yo no hablaré mucho hasta que no se publique algo de forma oficial, que no sé cuándo será, si en dos meses, tres o cuatro. El año pasado me afectó porque todo el mundo quería saber y me preguntaban más por asuntos legales que por las carreras, pero ahora será distinto y ya se verá qué ocurre y lo que pasará con el futuro. Además, con la pelea por el título en marcha, no puedo permitirme ninguna distracción.

Pole en las 500 Millas de Indianápolis

Victoria en Detroit

Victoria en Road America

LAS 500 MILLAS DE INDIANÁPOLIS

No he pensado mucho en qué habría podido ocurrir en Indianápolis si no llega a ser por el golpe que me dio Rinus VeeKay. Sé con toda seguridad que habríamos peleado por la victoria, pero sería un error decir que teníamos la carrera ganada. Al final, las 500 Millas se deciden en las dos últimas vueltas y un mal rebufo te puede costar la gloria. Lo único que es seguro es que teníamos el coche más fuerte y que sin el golpe habríamos luchado arriba hasta la bandera a cuadros, porque incluso con el accidente y la parada extra, remonté más de 20 posiciones y terminé cuarto. De hecho, si la carrera llega a durar cuatro o cinco vueltas más, estoy bastante convencido de que habría llegado a pelear por la victoria.

Después de la carrera, cuando todo ya había acabado, Rinus vino a verme. Vino muy animado y me pidió disculpas por lo que había pasado. Creo que no era del todo consciente de lo que había hecho, en realidad. Seguramente después lo pudo ver repetido, pero en ese momento no era consciente de que nos había echado de la carrera, que nos había hecho hacer una parada extra en boxes, perder 20 o 30 posiciones… De hecho, cuando le comentaron por radio que tenía un Drive-Through, no supo a qué se debía y tuvo que preguntar el motivo. No es muy consciente de lo que pasa a su alrededor.

Con ese accidente, pasamos de pelear por el liderato a estar con los últimos, en 28ª posición. Estoy muy orgulloso de cómo reaccionamos todos. En las carreras de IndyCar siempre pasan cosas, pero las 500 Millas eso se multiplica por diez y no nos vinimos abajo. Íbamos con la mentalidad de que todo podía pasar y, en lugar de lamentarnos, nos pusimos todos a remar para remontar y recuperar terreno. Teníamos buen ritmo y pasábamos a alguien en cada vuelta, y en ese sentido no puedo estar más orgulloso del trabajo que hicimos este mes de mayo.

La Indy500 era mi gran objetivo y una vez más siento que la he tenido muy cerca. Como hace dos años, cuando terminé segundo por un suspiro, o el año pasado, cuando tuve mala suerte con una bandera amarilla. Aun así, no quiero obsesionarme. Sé que la quiero ganar. Me gusta mucho su historia y me gustaría formar parte de ella, pero no pensaré en ello hasta el año que viene porque ahora hay que concentrarse en el campeonato. Al final, Josef Newgarden la ha ganado después de 12 intentos y yo tan sólo llevo 4, así que quizá me faltan ocho años más. Es cuestión de seguir intentándolo, de no perderle el respeto y de afrontarla con humildad.

Me quedo eso sí con la alegría de la pole position. La Indy500 es única en ese sentido, porque normalmente estás en el coche cuando termina la sesión y te enteras del resultado justo cuando cierras tu vuelta. Pero aquí te tienes que esperar a que otro coche dé cuatro vueltas, que son unos cinco minutos, y en mi caso me tocó esperar a que lo hicieran cuatro coches. 20 minutos de espera con la pole provisional en mis manos. Se genera una tensión increíble y va a más con cada piloto que pasa, y supongo que por eso la celebración es tan eufórica. Al final, en una carrera normal, ganas cuando pasas por línea de meta y tienes un par de minutos de descompresión hasta que vuelves a boxes. Pero en el Fast Six lo estás viviendo todo en directo como un aficionado más, por lo que la reacción es mucho mayor. Es algo muy diferente.

Para conseguir la pole, tienes que arriesgar y quitar carga aerodinámica. Y eso pasa por ajustar el grado del flap principal del alerón trasero. Por televisión quizá parece completamente plano, pero en realidad no lo es, sino que tiene una pequeña inclinación. Lo podemos ajustar grado a grado, sabiendo que a cada grado que le quitas ganas velocidad punta a costa de perder agarre en las curvas y de arriesgarte a derrapar. Dixon clasificó con 4 grados negativos y VeeKay con 3 o 4 negativos, pero yo tenía 7 grados negativos. Tenía el coche con menos carga aerodinámica de todo el Fast Six y eso es sintomático de la confianza que sentía en el monoplaza. De hecho, en el Fast Six le quitamos dos grados de alerón de golpe cuando lo normal es hacer los cambios de uno en uno. Lo hicimos porque ya habíamos rodado con menos aerodinámica que el resto en las rondas anteriores y veíamos que el coche iba rápido. Nos la jugamos, porque a esas velocidades el muro está muy cerca, pero valió la pena.

TEST DE FÓRMULA 1 CON MCLAREN EN HUNGRÍA

Entre las carreras de Detroit y Road America tenía una semana libre, así que volé a Europa para hacer un test con el McLaren MCL35M en Hungaroring, en Budapest. El test se había organizado con algo más de un mes de antelación y me fue útil para refrescar la memoria, porque

Entre las carreras de Detroit y Road America tenía una semana libre, así que volé a Europa para hacer un test con el McLaren MCL35 en Hungaroring, en Budapest. Creo que fue bien. Fue para refrescarlo todo con el coche, con el Fórmula 1. Me sirvió para refrescar la memoria y para estar más en forma, porque siempre que conduces te mantienes más ágil. Rodé en seco y también con neumáticos de lluvia, así que fue una experiencia muy completa.

Me noté mucho mejor que el año pasado. Obviamente aún no conozco el coche tan bien como a mi IndyCar, con el que ya llevo cuatro años, pero me siento mucho mejor y tengo más confianza. No es como en el primer test en Barcelona, donde algunos mensajes de radio no me parecían naturales o no acababa de saber para qué funcionaban determinados botones del volante. Era mi cuarta vez en un coche de Fórmula 1 y es bueno ver que cada vez me noto más fuerte.

Todavía no sé los planes para los próximos meses. Obviamente, a partir de septiembre quizá hay algunos test más o sí que puedo ir a alguna carrera más, pero hasta que termine la temporada de IndyCar estaré completamente centrado en el campeonato y no haré ningún test más de Fórmula 1 ni sesión de entrenamientos libres, al 99%. Después, si todo va bien, seguramente sí que habrá la posibilidad.