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Metamorfosis en Ferrari: apuesta por la juventud para volver a ganar

15/05/2020 19:01

Carlos Sainz y Charles Leclerc serán compañeros de equipo en Ferrari a partir de la temporada 2021. La salida de Sebastian Vettel de la Scuderia ha propiciado que un piloto español vuelva a vestirse de rojo. Es una gran noticia para nuestro país y es lógico alegrarse a simple vista por ello. El fichaje de Sainz y la gran apuesta que ha hecho la casa italiana por Leclerc no son movimientos que deben pasar desapercibidos. Es una jugada premeditada con el objetivo de volver a la gloria que se le resiste a los transalpinos desde hace años.

Ferrari es el equipo por excelencia, la escudería pionera del Gran Circo. Por allí han pasado los rostros más laureados del deporte, algunos con más fortuna que otros. Pero todos ellos con una misma meta: ser campeón de campeones con la escudería legendaria y pionera de las carreras de cuatro ruedas. La llamada de Ferrari es irrechazable. Es un tren que sólo pasa una vez en la vida. Ser parte de su historia no está al alcance de todos y hay que demostrar que se está en un escalón superior al resto para que suene el teléfono y una voz italiana suene al otro lado.

Carlos Sainz lo sabe. Dejar McLaren no ha sido una decisión fácil para él. Guarda un respeto y una admiración enorme por todos los integrantes de la marca de Woking y recíprocamente, ellos también a él. A pesar de sólo haber estado un año, —a la espera de lo que pueda lograr en este 2020— Carlos ha devuelto a McLaren la alegría que faltaba en el equipo desde hace ya varias temporadas. En su simbiosis se han hecho más fuertes, pero Carlos necesita garantías a corto plazo y por eso ha elegido a Ferrari.

Muchos dicen que Carlos ha fichado por Ferrari para ser el escudero de Charles Leclerc. Se equivocan. Él no ha firmado para servir al monegasco. Ha firmado para ser piloto titular de Ferrari. Otra cuestión es que dependiendo de una u otra situación, él deba colaborar en la dinámica del equipo dentro de pista, algo que el mismo Leclerc tuvo que vivir en sus carnes la pasada temporada con Sebastian Vettel. A pesar de todo, logró vencer al tetracampeón en su primer año en la Scuderia. La juventud se ha impuesto en Maranello por méritos propios y esto ha abierto los ojos en la altas esferas del equipo. Juntar a Leclerc y Sainz es una estrategia deportiva y comercial muy interesante.

 

UNA APUESTA FIRME POR LA JUVENTUD

La pareja que formarán Carlos Sainz y Charles Leclerc en 2021 será la más joven que haya tenido Ferrari en pista desde hace más de 50 años. El español tendrá 26 años cuando haga su debut vestido de rojo mientras que el del Principado completará su tercera temporada en Maranello a la edad de 23 años, lo que hace una media de 24,5 años entre ambos. La única dupla de la historia de Ferrari que mejora esta cifra es la formada por Chris Amon y Jacky Ickx en nueve citas de la temporada 1968 de Fórmula 1 con una edad media de 23,5 años.

Será también una de las pocas veces que Ferrari no cuente con un campeón del mundo como piloto titular. Curiosamente, la única vez en este siglo XXI que no contaron con uno en sus filas fue en la temporada 2007 cuando Kimi Räikkönen y Felipe Massa compartieron equipo. Resultado: el finés se coronó con su único Mundial en Fórmula 1. Al año siguente, la marca italiana se hizo con su último Campeonato de Constructores a la fecha con Kimi ya como campeón. ¿Puede ser 2021 un calco de este acontecimiento?

La lógica nos invita a ser prudentes, pues la normativa permanece estable y Mercedes siempre ha permanecido en la cresta desde que comenzó la era turbohíbrida. Pero conviene recordar que Ferrari ya ha tenido varios coches con potencial de Mundial, primero en 2017 y luego en 2018. Charles Leclerc es reconocido como uno de los mayores talentos de su generación y Carlos Sainz es un piloto que se ha labrado su camino hasta lo más alto con esfuerzo, trabajo duro, espíritu de equipo y mucha ambición. En definitiva, un binomio perfecto para devolver el éxito a Ferrari. Eso sí, requerirán de un monoplaza a la altura para poder sacar todas sus habilidades a relucir. Tristemente, la máquina se ha cobrado los sueños de muchos campeones en la Scuderia. Otros no han estado a la altura del nombre de la marca.

A largo plazo, retener a Leclerc es un seguro de vida para Ferrari. Contar con sus servicios es una clara muestra de fe en su púgil en el duelo generacional contra Max Verstappen. Por otro lado, tener a Carlos en sus filas durante al menos dos años con opción a un tercero es una apuesta por la estabilidad y por el crecimiento. No hay nada más que ver la evolución del español en las últimas temporadas para ver que claramente se encuentra en un momento de progresión que puede explotar con grandes resultados vestido de rojo. La apuesta por la juventud es, por consiguiente, una estrategia deportiva para tener al dúo más fuerte de cara a los próximos años.

En esta tesitura, Ferrari ha variado claramente su enfoque interno. La ascensión de Charles Leclerc la temporada pasada al lado de Sebastian Vettel ya dejaba entrever que los italianos querían potenciar a los talentos de su cantera. El monegasco cumplió y eclipsó a un campeón que sale —si todo sigue igual en 2020— por la puerta de atrás y deja vía libre a Sainz que aportará esa pizca de experiencia y madurez de la que aún carece el del Principado.

Mercedes es la gran escudería a batir ahora mismo y tiene una jerarquía completamente marcada entre sus pilotos, similar al modelo usado por Ferrari hasta hace apenas una campaña. Lewis Hamilton es el intocable y Valtteri Bottas su escudero. El hexacampeón del mundo termina contrato al final de esta temporada, pero se espera que renueve con Mercedes. Eso sí, puede que éste sea su último contrato en Fórmula 1.

A sus 35 años, la retirada está cada vez más cerca. Por su parte, el finés no es un líder fuerte para la marca de Brackley que tendría que explorar el mercado en busca de otro número uno para sus filas. La escudería mantiene a Lewis desde 2013 y desde entonces, sólo se ha producido un cambio de fichas: Bottas por Nico Rosberg, que venció al 44 y anunció su retirada inmediatamente después. Esta estabilidad en la plantilla es una de las claves del éxito de los alemanes y está por ver si son capaces de mantenerlo una vez la piedra angular de su proyecto diga adiós. Para entonces, Ferrari espera haber tomado la delantera.

Red Bull es la otra escudería que se presenta como amenaza para Ferrari. La marca austríaca ha tenido suerte al encontrar al talento de Verstappen dentro de su Academia. Pero han cometido un grave error al favorecer con tanto ímpetu al holandés y dejar de lado a otros pilotos con proyección como Carlos Sainz. El español tuvo que dejar la cúpula dirigida bajo la cruel exigencia del Dr. Helmut Marko para crecer y aprender a volar en un mundo despiadado como es el de la Fórmula 1. Una decisión que seguro le dolió por perder la oportunidad de llegar a Red Bull, pero que a la larga ha jugado mucho más a favor de Carlos que ahora aterriza en un equipo superior al de la bebida energética. 

En este juego de fortaleza, Ferrari ya ha jugado sus cartas. Tienen a Leclerc atado hasta 2023, la promesa forjada en las bases de Maranello que viene llamado a luchar por todo y que ha demostrado que es capaz de ello. Y Carlos Sainz hasta 2022, el tapado de la nueva generación que ha crecido a pasos agigantados y que tendrá por primera vez entre sus manos un coche de la zona alta de la parrilla. Queda por ver cómo es su adaptación a la cultura de la Scuderia y a la cumbre del Gran Circo, pero hay signos que hacen augurar un futuro brillante. Cuanto mayor es el reto, más grande se hace Carlos. En conclusión, Mattia Binotto se ha hecho con la mejor pareja posible con vistas al futuro y ha sentado las bases de un proyecto que tiene como único fin volver a besar la gloria.

Ferrari también ha sufrido una mutación importante en las relaciones sociales de la nueva era tecnológica. Sin duda, ha sido el equipo que más ha sufrido y el que se ha quedado más rezagado en este aspecto. Mezclar su estricta mentalidad con la comunicación abierta y pública para los aficionados y la prensa no ha sido tarea fácil. Por eso, ver a Charles Leclerc disfrazado de plátano jugando a videojuegos mientras habla con sus fans es una imagen chocante para todos. Algo impensable hace apenas dos años.

Nos encontramos pues ante una Ferrari renovada en todos los ámbitos desde hoy. La plantilla es más joven, pero no por ello de menos calidad. El mundo de la Fórmula 1 pide cada vez más libertad y acceso a los aficionados de a pie y Charles Leclerc y Carlos Sainz saben bien cómo tener a los fans contentos. Son dos personalidades muy similares: serios y profesionales en el compromiso y divertidos y sociables en los momentos que toca dar la cara al público. Son todo lo que los italianos para potenciar su imagen fuera de las pistas. Dentro de ellas, sólo necesitan hacer un monoplaza capaz de pelear por victorias para que estos dos titanes arrebaten la gloria de una vez por todas a Mercedes.