Almacén F1

La URSS creó su propia Fórmula 1: Estos fueron tres de sus coches

José Miguel Vinuesa
25/04/2017 17:34
Cuando hablamos de Rusia y el automovilismo, el sentir general es que se trata de un deporte nuevo en el vasto territorio ruso. Pero Rusia, desde los inicios del automovilismo, tuvo una intensa actividad deportiva, no sólo con carreras ya desde el siglo XIX, o con los Grandes Premios de Rusia de 1913 y 1914, sino con competiciones locales que enriquecieron tanto en circuito como en montaña el calendario del país.

Sin embargo, uno de los hechos menos conocidos es que en la extinta Unión Soviética hubo un campeonato propio de Fórmula 1 desde 1960 a 1976, e incluso algunos monoplazas creados en Rusia pudieron haber competido en el campeonato del mundo que se disputaba más allá de sus fronteras. Cierto que en 2006 debutó en el campeonato del mundo de Fórmula 1 un monoplaza que enarbolaba la bandera rusa, el Midland M16, derivado del Jordan de 2005 que habían adquirido, pero a finales de temporada ya era holandés por la compra del equipo por parte de Spyker, y en 2007 ya no había ningún rastro de un monoplaza ruso en el campeonato.

El origen del Campeonato Soviético hay que situarlo en octubre de 1956, cuando la CAMK –Central Auto Motor Klub de la URSS, gobernada por la organización militar DOSAAF– se incorporó a la FIA, e incluso estuvieron de visita al año siguiente en el G.P. de Inglaterra de Fórmula 1. Ya con anterioridad se disputaban campeonatos de velocidad en Rusia, pero fue a partir de 1957 que florecieron varias categorías, y en 1959 estaban listos para introducir una categoría equiparable a la F2, con motores de hasta 750 centímetros cúbicos. El problema, al parecer, era la escasez de vehículos y de motores con estas características, por lo que se acabó derivando hacia motores de mayor cilindrada, que les llevaba hacia una especie de Fórmula 1.

El Campeonato Soviético de Fórmula 1 surgió en 1960, y aunque con unas reglas concretas y semejantes a los del campeonato Mundial, la categoría rusa respondía más bien al concepto de Fórmula Libre, en la que se permitía competir a distintos modelos con cilindradas, pesos y potencias variadas, y así intentar la mayor participación posible, si bien sólo se admitían coches de hasta 2.500 centímetros cúbicos. El estreno tuvo lugar el 28 de agosto de 1960 en el circuito de Neva Ring, en Leningrado –hoy San Petersburgo–, una pista de 3’3 kilómetros que podría recordarnos sin dificultad a la gran curva parabólica que hoy encontramos en Sochi, a la que los ocho participantes dieron 16 vueltas. La victoria se la adjudicó Valery Shakhverdov a los mandos de un GA-22, un coche de motor delantero que nada tendría que envidiar a los Fórmula 1 en cuanto a aspecto. Con la segunda y definitiva prueba disputada el 11 de septiembre en el circuito de Kloostrimetsa, en Tallín, de 8’5 kilómetros y 12 vueltas, Shakhverdov se hizo con el primer título soviético, al acabar tercero en la carrera.

En los años 1961 y 1962 no se disputaron los campeonatos rusos, pero en 1963 volvió a organizarse, con la modificación reglamentaria de un peso máximo de 450 kilogramos, y una cilindrada entre 1.300 y 1.500 centímetros cúbicos. En este momento, el campeonato soviético seguía exactamente las mismas normas que el Mundial, y en 1966 se modificaron las normas para permitir motores de entre 1.600 y 3.000 centímetros cúbicos atmosféricos, o bien de 1.500 con compresor, ambos con un peso mínimo de 500 kilogramos. De nuevo la Fórmula 1 soviética seguía en paralelo al campeonato Mundial. Las normas se mantuvieron estables hasta 1968, cuando no hubo campeonato, y en 1969 no se establecieron normativas concretas. El motivo era la extinción del campeonato soviético de coches deportivos en 1967 –otra categoría muy interesante en la historia automovilística rusa, dicho sea de paso–, y eso hacía que los motores de siete litros que participaban en ella se quedasen sin uso, por lo que se agregaron al campeonato de Fórmula 1, convirtiéndose efectivamente en una Fórmula Libre.