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La semana que vivimos 'peligrosamente': un mundial complejo

Sam
23/03/2017 17:42

Más si cabe para el equipo McLaren, visto lo visto en las pruebas de pretemporada, en las que con la eliminación de los tokens y el profundo rediseño del propulsor Honda para el 2017 parecía abrirse un nuevo horizonte en el que poder lograr reverdecer viejos laureles, épocas triunfantes, momentos gloriosos, aunque por el momento, todo a peor respecto a 2016.

Quizás por tanto, lo dicho por Ron Dennis hace ya tiempo –antes de su obligada salida de Woking– respecto a la necesidad de ser también motorista, de tener el control total del conjunto del monoplaza para poder ser candidato o estar en las posiciones punteras con las que alzarse con el mundial, pudiera ahora tomar algún sentido. Seguidamente el británico puntualizaba que aún teniendo una power unit de las de primera línea, "eso no significa que tengas la capacidad de optimizar el propulsor como quieras", al depender del proveedor correspondiente. Pero todo lo anterior parece derrumbarse, con solo pensar en los dulces cuatro años de la unión Red Bull-Renault, aunque con motores atmosféricos. Quizás la solución pudiera estar en el término medio, si los japoneses descentralizasen algunos de sus procesos de pruebas y desarrollo desde el país del sol naciente, llevando la parte de carreras hasta la coqueta sede de McLaren, trabajando todos en íntima y productiva armonía.

Desde luego, lo anterior no ha pasado desapercibido para casi nadie, dentro y fuera del paddock. Es por ello que David Coulthard confesó: "Claramente han existido dificultades de comunicación". En opinión del expiloto, de haber sido al contrario, el actual propulsor nunca hubiera llegado al MLC32, hasta ser verdaderamente competitivo y fiable. De paso, año tras año, al no lograr resultados, "estos ha tenido un efecto realmente nocivo en el espíritu del equipo McLaren, los sponsors y socios que han podido tener". Fácil es pensar que de no solucionarse a la mayor brevedad y premura, la ruptura entre ambas marcas pudiera ser inminente, dado que los nipones no han sido capaces de cumplir con los objetivos marcados. "El rendimiento es lo único que cuenta en la F1 y si Honda no es capaz de cumplir con ese criterio, tienen que buscar un divorcio", añadió seguidamente Coulthard. La cuestión es que parece muy tarde para este año, debiendo aplazarlo todo hasta el final del mismo.

Mientras tanto y hablando de nuevo de los patrocinadores, el regreso de las aletas de tiburón a los monoplazas de esta temporada, unos han comentado repetidamente acerca de su dudosa estética. Pero Niki Lauda y alguna que otra escudería, ven en ellas una excelente oportunidad para disponer de mayor superficie donde colocar a más y más sponsors o hacerlos más visibles. Y como a los de Brackley les llueven sin cesar, el austriaco no dudó en afirmar lo siguiente: "Fue una gran discusión en el grupo de estrategia. Pero los otros equipos dijeron que podrían poner patrocinadores en las aletas, así que por eso se quedaron". Por el momento, algunos team no exhiben nada allí, pero McLaren, nada sobrado de apoyos publicitarios, ha situado los logos de Chandon y de Honda en ese emplazamiento. Ahora solo queda por comprobar su verdadera utilidad aerodinámica en algunas carreras y en las que no, un baile, un ir y venir de pegatinas de un sitio para otro,

Aunque Bernie Ecclestone haya sido designado presidente emérito, tras la llegada Liberty Media, el por muchos años mandamás del gran circo, no deja de morderse la lengua al declarar que "no puede hacer nada", añadiendo a continuación: "Incluso se le ha dicho al personal que no deben hablar conmigo". Luego una vez entrado en materia, prosiguió así: "Quieren borrar la era Bernie, mi historia en la F1". El británico además está molesto, pues aunque los nuevos propietarios reconozcan sus muchos años de trabajo como "estupendos", pensó que seguiría por un tiempo al frente de la FOM. "Me sentí decepcionado, porque me preguntaron antes de que se hicieran cargo, si me quedaría tres años con ellos, y les dije que sí, que lo haría siempre y cuando estuviera competente y en forma”, afirmaba con rotundidad. Desde luego que esas falsas promesas, se las llevó el viento, lejos, para pena del 'tito'.

En su ya tercera temporada en la Fórmula 1 y ante el inminente arranque de la misma, Max Verstappen ha mostrado un carácter más sosegado de lo habitual, cuando vino a decir lo siguiente: "Debemos esperar y ver cuán buenos somos. Pueden cambiar muchas cosas durante el año, pero aún no podemos ganar". En opinión del joven holandés, son Mercedes y Ferrari los que presentan las mejores credenciales por el momento, otorgándoles a los de Maranello posibilidades reales de victoria, dada la rapidez mostrada en los test de pretemporada. Respecto a su escudería, Red Bull Racing, confesó seguidamente: "Es complicado decir en qué posición estamos, pero no creo que seamos el mejor equipo todavía", aunque será la clasificatoria de Melbourne el lugar donde se pueda conocer el auténtico potencial del RB13. Vamos a ver si a partir de entonces, regresa por sus fueros el verdadero Max. 

En paralelo a lo anterior, pero en el otro box de los de la bebida energética, Daniel Ricciardo, mostraba un talante más optimista quizás por jugar en cancha propia: "Si alguien te pregunta acerca de ganar un Gran Premio, dirías que en la carrera de casa, sería increíble", comentaba de entrada. Lo necesario para el 'aussie', estaría en el buen trabajo del equipo, rozando la perfección, la excelencia. Además confía en su adecuada preparación, a nivel de pilotaje, así que espera que esto pueda significar "una gran botella de champán para el domingo". Finalmente incidía en el factor clave para lograrlo, la pista: "Un circuito urbano es muy singular. Cambian cada año, pueden haber más baches, así que realmente sacar el máximo provecho del coche es más complicado". Y como su compañero, opinaba del relieve de la sesión de clasificación, de tener suerte en la misma para estar lo más arriba posible. Así que esta dupla de pilotos, con su sinergia, pueden dar la campanada inicial.