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Sería obvio, a la par que algo simplista y poco complejo, comenzar esta noticia con un 'hecha la ley, hecha la trampa'. Pero así es. Así lo ha hecho Honda en una de las pocas decisiones óptimas que han tomado en este extraño y largo 2015 para ellos. McLaren arrastrá con ellos como un preso sus cadenas. Una escudería condenada por un chasis que no es el mejor y un motor que está todavía más lejos de ello.

Dos viejos rockeros en la carretera. Solos. Con una furgoneta de motor japonés que marcha destartalada al pasar por las Ardenas. Mañana acaba su viaje por Bélgica y se irán, gracias a Dios, con la música a otra parte. Porque la frustración se apodera lentamente de ellos. Especialmente sucede en el caso del más mayor: Jenson Button. Saldrá en carrera por delante de su compañero Fernando Alonso y poco más. En carrera, todo indica que estarán solos con las manchas del Manor por detrás.

Los peores presagios, que ya se atisbaban desde el comunicado previo de McLaren, han sido confirmados en la tarde del sábado. El humo de Arai se ha quedado en su teléfono. Ya lo sacará en otra ocasión, no lo duden. El que no duda del futuro negro de McLaren en Spa, y más adelante, en Monza, es Fernando Alonso. Él y Button, fuera de la Q2. En el 'anticircuito' para los británico-japoneses. A bailar la danza de la lluvia para recoger algún punto en carrera.

Accidente en pista y tenia que ser él. Una escena que se ha convertido en costumbrismo dentro de la Fórmula 1. "Are you OK, Pastor?". Porque, sí, otra vez ha sido Maldonado quien ha visitado los muros lejanos de Spa-Francorchamps. ¿Lo peor? El monoplaza ha quedado bastante tocado aunque el venezolano espera que esté preparado en la segunda sesión.

Sí, para comer sopa los domingos o gazpacho ahora que todavía disfrutamos del calor estival. Una cuchara metálica con la que quieren seguir volando por los bosques de las Ardenas. Mercedes sigue empujando e innovando para ejercer un dominio mayor al visto hasta ahora. Una dictadura que sufre la oposición de 'Los Hombres de Rojo'.

Como diría mi padre: ahora viene cuando la matan. La pregunta de si Ferrari ha acertado renovando a Kimi Raikkonen empieza a asomar la patita a cada aficionado o periodista. Porque, sí, ayer se puso fin al culebrón del año. De la forma más inesperada que, como siempre, suelen ser las maneras que más gustan. Y el que ha aprovechado para meter su cuña publicitaria a favor del finlandés ha sido su compatriota yex piloto de F1 Mika Salo.  

Y de repente, saltó la noticia. En plena tarde y en plena vuelta de las vacaciones. Tras una mañana donde la 'silly season' y la rumorología ponían la maquinaria a trabajar, Ferrari ha saltado para salir al paso. Kimi se queda. Räikkönen será piloto de Ferrari junto con Sebastian Vettel para la temporada de 2016. No es una posibilidad, es una realidad. Oficial. 'Iceman' seguirá vistiendo un año más el rojo de Maranello.

Todo gira en torno a una mirada impenetrable que suele esconderse tras un casco o unas gafas de sol. Ferrari y Kimi Raikkonen tienen la llave del 2016. El futuro está en sus manos. El suyo y el de varios pilotos que sueñan con vestir de rojo. Otros también aguardan dicha decisión para que la reacción en cadena les coloque en un equipo con posibilidades de victoria.

Monza se acerca y el final ya está cerca. La decisión de Ferrari sobre quien será su pareja de pilotos en 2016 no deja dormir a Kimi Raikkonen. El hombre de hielo empieza a derretirse por el calor de Maranello. Bottas sonríe. Un paraíso de alquitrán entre las Árdenas será uno de los escenarios que marquen una sonora decisión final. Spa aguarda al finlandés para volver a jugar a eso de los coches.

Confesiones de amor que muchas veces no hacen falta ser dichas. Una mirada. Un gesto. Una sonrisa. Complicidad. Kimi, Vettel y Ferrari desprenden en este 2015 ese aroma de felicidad que hace tiempo no se recordaba por Maranello. El finlandés, a pesar de su situación límite de no saber cual es su futuro lo tiene claro: "Sin duda, es el mejor compañero de equipo mejor que he tenido".

Bernie Ecclestone sube la apuesta y enseña una carta de doble filo con las calles de Helsinki. Kimi Raikkonen tira sus cartas y no continúa en la partida. El finlandés lo tiene claro: Bernie va de farol. Nunca se sabe pero, de momento, la idea de un posible GP de Finlandia no entra en la cabeza del 7 de Ferrari.

Ya están aquí. McLaren-Honda está de vuelta. Muchas especulaciones han proporcionado este verano acerca del misterioso MP4-30. Ese del que todos hablan maravillas en el equipo pero que no acaba de sacar todo su potencial a relucir. El neologismo para definir esto en el equipo es "agresivo". Al igual que su V6 Turbo, made in Japan. Llega un renovado motor a Spa. Esperanza. Con Hungría en el corazón, McLaren arranca la segunda mitad de su, hasta el momento, complicada temporada.

La partida de ajedrez continúa su proceso lento pero inexorable hacia una solución que todavía parece lejana. Patrocinada por Red Bull, claro. Los movimientos parecían encajonados a dos destinos: Ferrari o Mercedes. Red Bull busca en la recámara para no quedarse en soltería tras su inminente divorcio con Renault. Horner y compañía buscan motor. La estrella de tres puntas les tienta más que el caballo italiano...aunque, de momento, sin conversaciones.

Sonrisas y lágrimas. Las muecas positivas se ven de cara a la galería caminando por el paddock o dentro del box. Lo otro es cosa de la soledad dentro del casco. Un musical que suena cada vez que se habla de McLaren-Honda. Una realidad desoladora que se entremezclan con las palabras positivas de Fernando Alonso y Jenson Button. Algo ven que el resto no es capaz de atisbar. Dos compañeros que se respetan y admiran.

Tic-tac, tic-tac, tic-tac... El reloj sigue contemplando lento e impasible la contienda por la búsqueda una nueva Fórmula 1 que supere a esta nueva era V6 Turbo en la que sólo se lo está pasando bien una estrella. El espectáculo, la emoción, la velocidad necesitan de un paso hacia delante para devolver a la F1 un hueco en el cajón del deporte mundial. Un cambio que mira hacia 2017...aunque las cosas van lentas.