Tres millones de litros de agua para probar las gomas de mojado
Ferrari, Red Bull y McLaren han sido los equipos que han respondido a la llamada de Pirelli y que hoy se han presentado en el Paul Ricard para ayudar a la marca italiana a definir cómo será el neumático de lluvia extrema de la temporada 2016. El Campeonato recuperará el compuesto de 2015 en las primeras carreras del calendario, pero los milaneses quieren reemplazarlo llegado el momento por un P-Zero capaz de gestionar mejor el aquaplaning. En otras palabras, por un Full-Wet capaz de evacuar más agua.
La jornada ha transcurrido sin sobresaltos para dos de los tres participantes. La excepción ha sido McLaren, pues el MP4-30 de Stoffel Vandoorne ha sufrido una avería mecánica cuando llevaba completadas 88 vueltas. El belga se ha quedado detenido en una de las escapatorias y ha precisado la ayuda de una grúa para devolver su bólido al Pit-Lane. Es importante destacar que como las escuderías usaban los monoplazas de la temporada pasada, cualquier problema no tiene por qué tener continuidad en sus nuevos diseños.
A diferencia de los entrenamientos convencionales, en estos ha sido Pirelli quien ha llevado el tempo de la acción. La casa italiana ha dictado quién tenía que rodar, cuándo y con qué propósito. Eso ha propiciado que los tres coches salieran a pista y regresaran a boxes en el mismo instante, pues en esencia todos han completado el mismo programa de trabajo. Éste ha consistido en un total de 12 stints, los dos primeros con los neumáticos de 2015 (marcados con el color azul) y los diez restantes con compuestos experimentales sin marcar.
Las temperaturas han sido muy frías (8-9ºC) y las nubes han copado los cielos de Le Castellet, pero la organización se ha asegurado de garantizar que en todo momento que las condiciones del asfalto fueran las adecuadas para los neumáticos de lluvia extrema. Para conseguirlo, han usado el sistema de aspersores que el Paul Ricard tiene instalado a lo largo de todo el trazado. Lo han reforzado con la presencia de dos camiones de bomberos adaptados a su vez con aspersores, especialmente útiles para mojar el Pit-Lane y la incorporación a boxes. Los sistema de regado se ha activado cada vez que los monoplazas terminaban un stint, pues entre cada tanda ha habido de media unos 25 minutos de receso. El agua utilizada (tres millones de litros por día) procedía de unas reservas alimentadas por la lluvia.
Desde fuera resulta imposible diferenciar los P-Zero probados por Pirelli (bajo la etiqueta de ‘experimental’ se encuentran varias variantes de un mismo compuesto) y juzgar cuál es mejor. Quien sí puede hablar con más autoridad es Kimi Räikkönen, quien tras bajarse de su SF15-T ha señalado que le gustaba más el rendimiento de las gomas de 2015 que el de los prototipos. De hecho, con un guión teóricamente parecido al de sus rivales el hombre de hielo ha sido el más lento de cuantos pilotos ha habido sobre el asfalto. Ha cedido nueve décimas de segundo ante Daniel Ricciardo, cuatro ante Stoffel Vandoorne. También ha protagonizado una salida de pista por aquaplaning, pero ha aprovechado las escapatorias de asfalto del trazado francés para regresar a pista sin lamentar daños materiales.
La tabla de tiempos ha quedado copada precisamente por el Red Bull de Ricciardo, pero los resultados son absolutamente irrelevantes y no tienen ninguna real, solo simbólica. Para más inri, se trataba de monoplazas de la última temporada y los equipos tenían prohibido por reglamento probar piezas del nuevo Campeonato, de modo que no se puede extrapolar ninguna conclusión de cara al Mundial de 2016, cuyos monoplazas debutarán en febrero en el Circuit de Barcelona-Catalunya.
Mañana continúa la actividad en el Paul Ricard con la segunda y última jornada de entrenamientos. Vandoorne repetirá a los mandos del McLaren, pero Räikkönen y Ricciardo cederán su volante a Sebastian Vettel y Daniil Kvyat respectivamente. La actividad comenzará a las 09:00 hora peninsular española y se prolongará hasta las 17:00. En cuanto caiga la bandera cuadriculada comenzará la acción real para Pirelli, que tendrá que digerir todos los datos recogidos y el feedback de los pilotos para tomar una decisión sobre cómo desarrollar sus nuevos neumáticos de lluvia extrema.
