Será el "test real" de Toro Rosso en 2016

Sainz teme que Singapur sea "la última oportunidad de puntuar"

Miguel Carricas
12/09/2016 11:39

El equipo Toro Rosso sigue en busca de respuestas a la grave crisis deportiva que atraviesa desde el pasado Gran Premio de Bélgica. La consistencia del STR11 en la batalla por los puntos ha dado paso a una versión competitiva totalmente irreconocible bajo las bonanzas técnicas de James Key, hasta el punto de que Manor se convirtiera en uno de sus principales rivales a batir tanto en Spa-Francorchamps como en Monza. El nuevo paquete aerodinámico introducido en Alemania buscaba afianzar el monoplaza en puestos nobles de la zona media, pero los pobres resultados cosechados desde entonces han obligado a abrir una discusión interna sobre la efectividad real de las mejoras, su adaptación a las características del chasis y el rumbo que deberá tomar el equipo para tratar de asaltar la sexta posición en el Campeonato de Constructores.

 

Si bien es cierto que las limitaciones en el motor Ferrari de 2015 y la naturaleza adversa de los dos últimos circuitos han jugado un papel importante en el declive de prestaciones del monoplaza, existe una preocupación real en Faenza sobre la falta de rendimiento del chasis. El indicador más tangible se produjo durante el fin de semana de Bélgica, donde Toro Rosso se mostró incluso más lento que Renault en las curvas rápidas del segundo sector. La prensa especulaba con la posibilidad de que las piezas introducidas en Hockenheim hubieran generado el efecto adverso al que esperaban en Toro Rosso, una hipótesis que no descartaba el propio Carlos Sainz. "Hay que ver qué está pasando, aún no entendemos el porqué", apuntaba resignado. Ya en Monza, el madrileño reconoció que los ingenieros planeaban analizar las piezas aerodinámicas antes de estudiar su posible retirada en Singapur.

Sea como sea, lo cierto es que la prueba de Marina Bay será determinante en la planificación deportiva de Toro Rosso hasta final de temporada. De confirmarse los problemas en el chasis, todo apunta a que las siete últimas carreras prolongarán la crisis deportiva del STR11 hasta apartarle definitivamente de la lucha por los puntos. "Aún tenemos que analizar muchas cosas para ver si cambiamos, si no cambiamos o si seguimos así. Ahora en Singapur es importante tomar una dirección, comprometernos con ella y asegurarnos de que nos marcamos un set-up y un paquete aerodinámico para todo el fin de semana. Podría ser nuestra última oportunidad clara de sumar puntos esta temporada", confiesa Sainz en unas declaraciones recogidas por Autosport tras una rueda de prensa a la que asistió SoyMotor.com en Monza.

Si el monoplaza se adapta correctamente a las curvas lentas de Singapur, en Toro Rosso se centrarán en encontrar el set-up adecuado y perfilar los detalles antes de asaltar la batalla por la Q3 del sábado. Esta circunstancia inyectaría certidumbre a la división deportiva del equipo, especialmente después de verse obligados a cambiar constantemente la configuración mecánica en los dos últimos Grandes Premios mientras trataban de averiguar el germen de su mal rendimiento. Las bajas exigencias de potencia en Singapur deberían impulsarle automáticamente a posiciones más competitivas, pero Sainz teme que los análisis del equipo no provoquen una mejora inmediata de rendimiento. "Si no rendimos ahí, estaría muy preocupado. Entonces esperaría una segunda mitad del año muy dura y estaremos rezando para que llueva", sentencia.