Mercedes prefiere "respetar" a sus clientes que trabajar con Red Bull
Toto Wolff ha reconocido que la junta directiva de Mercedes vetó a principios de septiembre un posible suministro de motores a Red Bull para la próxima temporada 2016. En base a sus propios intereses como fabricante, el dirigente austriaco justifica esta decisión ante la preferencia interna de no comprometer los contratos existentes con sus escuderías cliente y garantizar que ninguno de sus rivales más directos logra aprovecharse del "duro trabajo" realizado en la fabricación de su nueva unidad de potencia para la nueva era turbo de la Fórmula 1.
"Decidimos en la junta que, como equipo suministrador de motores, hemos trabajo largo y duro para conseguir el éxito que tenemos hoy después de tomar la decisión de entrar el deporte como una escudería única en 2010. Hace dos semanas rechazamos estudiar un posible suministro del motor a Red Bull. Nos gustaría continuar con nuestro modelo de provisión a equipos independientes y respetar las relaciones que ya tenemos con nuestros clientes", explica Wolff en una entrevista al portal oficial de la F1.
Rechazamos a Red Bull porque respetamos las relaciones con nuestros clientes
Según varias fuentes especializadas, Red Bull optará por unir fuerzas con Ferrari hasta que se formalice la compra de Volkswagen y cuenten con opciones reales de luchar por el Campeonato Mundial. Wolff, por su parte, desmiente que la división deportiva de Mercedes rechazara a los de Milton Keynes sin recibir el aprobado de la junta directiva de Daimler. "Tomamos las decisiones colectiva y objetivamente, evaluando todos los pros y contras, y no desde una perspectiva individual", explica el austriaco.
De vuelta a la situación deportiva, Williams ha expresado recientemente su deseo de recibir la última actualización del motor Mercedes después de que tanto Hamilton como Rosberg acumularan sus primeros kilómetros con esta prometedora especificación en los entrenamientos libres del Gran Premio de Italia. La ventaja de prestaciones respecto a los monoplazas de Ferrari oscilaba entre las nueve décimas y el segundo por vuelta, lo cual ha alimentado las ansias de su socio por evaluar las primeras mejoras de cara al 2016.
No obstante, en Mercedes han optado por retrasar el suministro de su nueva unidad de potencia hasta las últimas carreras de la temporada. Preguntado sobre si esta decisión forma parte de un trato preferente hacia su propio rendimiento por encima de garantizar la igualdad con sus clientes, Wolff niega la mayor e insiste en que "tenemos la filosofía de suministrar a todos la misma especificación del motor. Puede haber situaciones excepcionales, como en Monza, en las que desarrollamos un trabajo aerodinámico que debe ser probado en la pista, y por tanto la provisión de todas las partes es muy difícil".
