EL OTRO GP DE TEXAS

Cristóbal Rosaleny te lleva a Dallas 1984 en Hora de F1

18/10/2018 09:16

El codirector de SoyMotor.com, Cristóbal Rosaleny, ha protagonizado un corto en el programa de Hora de F1 en el nuevo canal de Movistar+, #VAMOS. En él, recuerda, en la semana del Gran Premio de Estados Unidos, el único GP de Texas que no se celebró en Austin, el de Dallas, en 1984, un fin de semana realmente estrambótico.

El programa, presentado por Antonio Lobato y Pedro de la Rosa, completo se podrá visualizar en cualquier momento repetido bajo demanda en la web de Movistar+, aunque de cualquier forma os dejamos a continuación un pequeño resumen de su contenido.

"La Fórmula 1 ha visitado Estados Unidos desde los años 50. Pero aparte de Austin, sólo Dallas acogió un Gran Premio en Texas. Fue sólo uno, en 1984. Y menos mal que fue sólo uno, porque se recuerda como una de las carreras más surrealistas de la historia", arranca Rosaleny.

"En Dallas no había circuitos, así que crearon el Mónaco americano, una pista urbana que rodeaba un estadio de béisbol, franqueada por muros y neumáticos. La FIA hizo la vista gorda con la seguridad, y también con la época: la temperatura iba a rondar los 40 grados durante todo el fin de semana", recuerda nuestro codirector sobre ese GP disputado en julio.

 

 

Tal era el calor que el asfalto, que alcanzó temperaturas de 66 grados, comenzó a derretirse con el paso de los coches. Parecía una pista de rallycross y las primeras salidas de pista no se hicieron esperar. De ese fin de semana se acuerda bien Martin Brundle, que a día de hoy todavía sufre dolores en sus tobillos por un accidente que tuvo entonces.

La organización intentó reparar la pista, después de varios accidentes, con hormigón rápido, pero el calor hizo todo esfuerzo inútil. Los pilotos se reunieron para intentar aplazar o cancelar la carrera. Jacques Laffite incluso se plantó en el circuito en pijama como protesta porque el warm-up, que finalmente no se disputó para no destrozar todavía más la pista, estaba planeado para las siete de la mañana.

Tan loco fue aquel GP que la revista Autopista titulaba su crónica 'Sanfermines F1' y aseguraba que el Gran Premio fue más un encierro pamplonica que una carrera de F1.

 

 

El calor el día de la carrera era insoportable... a Piercarlo Ghinzani le tuvieron que echar un cubo de agua para evitarle un desmayo y el holandés Huub Rothengatter, en un gesto desesperado, pidió botellas de agua a los espectadores para echárselas... en sus partes nobles.

Competían 25 coches y hubo 16 abandonos. La carrera la ganó Keke Rosberg. Una de las claves de la victoria del finlandés volador fue que 'sobrevivió' gracias a una solución copiada de la Nascar: un sottocasco refrigerado por agua.

Al que no le fue tan bien fue a Nigel Mansell, que tocó el muro en la última curva de la última vuelta y tuvo que pararse. Fue protagonista de una de las imágenes que dejó este GP, cuando al intentar empujar el coche hasta la meta, se desvaneció por el calor. Sin embargo, para sorpresa de todos, terminó sexto y puntuó.

 

 

La victoria de Keke llegó un año después de que Honda volviese a la F1. Lo hicieron de la mano de Williams y la de Dallas fue su primera victoria juntos. 

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