Shakespeare y los cowboys
La duda en las películas del oeste era, para los protagonistas reales de la historia en el Far West americano, si pillarse un jaco árabe o uno español. Los dos tienen cuatro patas, cola y crines, y te puedes subir a ellos para emular a John Wayne, aunque dependiendo de que tipología de caballo elijas el viaje será distinto aunque te lleven al mismo sitio. El caballo árabe es un deportivo italiano. Rápido, resistente y ágil te llevará a la velocidad del rayo de un lado a otro pero no le exijas comodidades ni facilidad de manejo. Por contra el llamado español –o andaluz– es más alto y elegante, menos musculoso y con menor fondo físico, pero artístico y noble como ningún otro animal, es un Aston Martin.